En menos de dos semanas YPF volvió a aumentar los precios de los combustibles. A la espera de una reducción de 10% en el Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC), la petrolera estatal decidió remarcar las planillas en las estaciones de servicio por cuarta vez desde la liberación del precio ordenado por el Gobierno nacional.
YPF había aplicado el último tarifazo el 24 de enero pasado, cuando ajustó 4,5% promedio los precios. En la comparación con enero de 2017, los combustibles ya se encarecieron hasta 42%. Los motivos de ese porcentaje son varios, pero se destacan el incremento del valor internacional del crudo y la devaluación del peso, que saltó de $ 18,50 en diciembre último a un margen estabilizado de entre $ 19,60 y $ 19,80, por encima del previsto en el mercado petrolero.
Cabe señalar que este última readecuación de YPF no se corresponde con un aumento del barril de crudo Brent, ya que en las últimas nueve ruedas cayó siete veces, hasta cerrar el lunes a u$s 66,53.
Fuentes del sector informaron a que la principal motivación de la compañía que preside Miguel Gutiérrez fue un “guiño” al Poder Ejecutivo. Antes de aumentar los precios el 24 de enero pasado, YPF pidió al Ministerio de Hacienda una rebaja inmediata del 10% en el ITC. Es decir, antes de que se pase al nuevo esquema previsto por la reforma impositiva que se pondrá en vigencia desde el 1 de marzo. “Le hicimos una propuesta al Gobierno con la intención de beneficiar a nuestros clientes para que cada vez que haya una vicisitud como la de ahora (aumento del tipo de cambio y aumento del crudo) no sea absorbida por el usuario”, indicaron fuentes de la petrolera a este medio.
Por la nueva ley que se aplicará desde marzo, el ITC sobre las naftas será de $ 6,726 y el gravamen a la emisión de dióxido de carbono $ 0,412. Para el gasoil, $ 4,148 y $ 0,473 respectivamente. La rebaja del 10% que reclama YPF se aplicaría sobre $ 6,726 en naftas, o sea $ 0,6726, y sobre $ 4,148 en gasoil, $ 0,4148 menos. A la espera de esa decisión, hoy en manos de Juan José Aranguren, YPF volvió a remarcar.
El ministro de Energía había dicho la semana pasada que en caso de una “crisis”, el Gobierno nacional puede bajar 10% o subir 25% el ITC, según se disparen los valores en los surtidores. En esa misma entrevista, había afirmado que YPF concentra el 58% del mercado y que una opción para fomentar la competencia hubiera sido privatizar en dos partes la petrolera de bandera.
Este aumento provoca dos temores inminentes: que las otras compañías imiten la suba en los próximos días y que la suba del gasoil dispare los costos del transporte de carga y de la actividad agropecuaria. Con un dólar a casi $ 20 y con 5% menos de retención a la soja, los productores se sentían cómodos para operar al exterior, con amplio margen de ganancias, pero ahora podrían volver a presionar sobre la divisa para lograr una nueva tendencia alcista, que compense esta suba de combustibles.