Una multitud marchó al cumplirse el 42º aniversario el último golpe de Estado «cívico-militar-eclesial» con un reclamo que surgió de la enorme multitud y desde el escenario: «Basta Mauricio Macri de liberar genocidas», fue el repudio a las prisiones domiciliarias que beneficiaron a los genocidas

«Hoy seguimos luchando junto al pueblo para frenar este proyecto de hambre, entrega, represión e impunidad, como cuando copamos las calles con los organismos de derechos humanos para decir no al 2×1 a los genocidas, como los pasados 14 y 18 de diciembre contra la reforma previsional, como el 21 de febrero junto a los sindicatos y movimientos sociales y como el 8 de marzo con el movimiento de mujeres», aseguraron las decenas de organizaciones humanitarias, sociales, estudiantiles, políticas y gremiales que elaboraron un documento único.

El blanco de las críticas y los reclamos fue el presidente Mauricio Macri, tanto por su política económica como la de derechos humanos sean por hechos del pasado como del presente. El canto «Macri basura vos sos la dictadura» fue desplazado en parte por el hit del verano, ese de las siete palabras dedicadas al presidente.

La peregrinación partió a las 14 desde 9 de Julio y Avenida de Mayo y contó con la presencia de distintos sectores y figuras que se movilizaron individualmente o de modo orgánico.  Había carteles que pedían justicia por Santiago Maldonado. Su hermano, Sergio Maldonado, marchó junto a los organismos.

Una vez más fueron voceados los nombres de desaparecidos acompañados del grito: «Presente, ahora y siempre», y la exigencia de que no haya más dilaciones con los juicios y que los magistrados no envíen a los represores a su casa.

Ese fue el principal reclamo ante el comportamiento cada vez más frecuente de la Justicia federal de otorgar el arresto domiciliario a genocidas con condena. El caso de Miguel Etchecolatz, que pasó tres meses en su casa de Mar del Plata, y fue retornado a la cárcel de Ezeiza luego de una fuerte repulsa popular, es el más conocido, pero no el único. La lista del Servicio Penitenciario Federal para «descomprimir» la población carcelaria con candidatos a pasar a prisión domiciliaria incluyendo a casi un centenar de represores, entre ellos Alfredo Astiz, colmó los ánimos.

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Ya en el escenario montado en la pirámide de Plaza de Mayo se sucedieron los oradores del acro. Taty Almeida leyó el tramo final del discurso. “A 42 años del Golpe cívico-militar, denunciamos el mismo plan económico y sostenemos la misma lucha. Por eso, hoy marchamos contra el ajuste, la represión y la impunidad. Por una democracia sin presas y presos políticos ni genocidas sueltos!”, dijo, y sentenció: «Detrás del negacionismo está el intento de olvido y detrás del intento de olvido está la intención de desmovilizarnos. No nos han vencido: estamos acá en unidad, con el pueblo, con la bandera de los 30 mil en alto».

En tanto, Nora Cortiñas, afirmó que «hay que salir a la calle» para impedir «la liberación de los genocidas. Sostuvo que «hay un retroceso en materia de derechos humanos desde que asumió el presidente Mauricio Macri y la lucha de los organizaciones de derechos humanos y sociales tiene que seguir para que este camino que se intenta desandar, vuelva a construirse».

Al finalizar la movilización, Estela de Carlotto fue clara respecto a la relación con el Gobierno Nacional: “Macri no nos quiere. Ya lo dijo en campaña que somos un curro, tramposos y mentirosos”.

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