La Casa Blanca trabaja en la organización de una cumbre entre presidente Donald Trump y su par ruso, Vladimir Putin, informa el Wall Street Journal (WSJ) citando fuentes del gobierno estadounidense.

En el centro de la operación figura el embajador norteamericano en Moscú, John Huntsman, quien recientemente visitó Washington justamente para programar la reunión. La planificación de la cumbre estaría por ahora en una fase inicial, con la Casa Blanca y el Kremlin aún por acordar la fecha y el lugar del eventual ‘cara a cara’ entre ambos presidentes.

En tanto, la dirigencia europea se mostró dispuesta a trabajar con el nuevo gobierno italiano, que, a su vez recibió las felicitaciones del presidente ruso, Vladimir Putin, tras una semana de caos institucional que mantuvo a Roma en el centro de la atención internacional. Las congratulaciones también llegaron de parte del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el mandatario del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el jefe del Parlamento Europeo, Antonio Tajani.

Desde hace días, los dirigentes y también la canciller alemana, Ángela Merkel, se han mostrado dispuestos a colaborar con el nuevo gobierno, además de ratificar la plena disponibilidad de escuchar sus ideas y propuestas, siempre en el marco de un «respeto» sea recíproco. Después de los malentendidos y los errores de los últimos días, y después de la ola de pánico desencadenada en los mercados que llevó a los estados de la UE a revivir el drama de la crisis griega, Europa intenta ahora no dar pasos en falso.

Y se abre a la cooperación con el «primer gobierno populista de la Eurozona», como lo define, de modo unánime, la prensa internacional, aún en medio del temor de tener que parar las salidas euroescépticas muy pronto. Eso sucederá, tal vez, ya el próximo martes, cuando el flamante ministro Matteo Salvini haga su primera aparición en el Consejo Interno en Luxemburgo, precisamente para meterse con el asunto de la inmigración y discutir sobre la cuestionada reforma de Dublín.