El primer ministro de Francia, Edouard Philippe, anunciará hoy la suspensión del aumento de impuestos a los combustibles en un intento por calmar la creciente radicalización del movimiento de los «chalecos amarillos», según informaron medios locales. El diario Le Monde y la emisora de radio France Info reportaron que el alza de los impuestos, que provocó graves disturbios en los últimos días, quedará suspendida, cómo mínimo, varios meses.
Será Philippe, quien anuncie esta «moratoria» y otras medidas destinadas a aliviar las tensiones en un encuentro con su grupo parlamentario en la Asamblea Nacional, informó la agencia de noticias EFE. Una reunión del primer ministro y algunos «chalecos amarillos» prevista para esta tarde con objeto de buscar una concertación y una salida a la crisis social fue anulada sin demasiadas precisiones.
La mayor parte de los cabecillas de los «chalecos amarillos» habían advertido desde ayer que no irían a la cita en señal de protesta por la actitud inflexible del Gobierno mientras algunos señalaban que recibían amenazas de otros miembros del movimiento para impedirles que acudieran. Philippe recibió ayer a responsables de los partidos políticos que le pidieron que renuncie a la subida de los impuestos sobre el carburante programada para el 1 de enero.
Además de la reunión con los diputados de su grupo parlamentario a las 15 hora local (11 de Argentina) tiene una sesión de control al Ejecutivo también en la Asamblea Nacional. Anoche, el presidente Emmanuel Macron convocó para un gabinete de crisis a una decena de ministros directamente implicados en las protestas de los «chalecos amarillos», movimiento que se radicaliza velozmente y que el pasado sábado produjo una jornada de alta tensión con violentos altercados de una dimensión inusual en París y en otros puntos de Francia.
Macron había programado a partir del 1 de enero un incremento de las tasas sobre el combustible de 6,5 céntimos de euro por litro para el gasóleo y de 2,9 céntimos para la gasolina, dentro de su estrategia para reducir la dependencia del petróleo y favorecer una economía con menores emisiones de dióxido de carbono para luchar contra el cambio climático. Con ese nuevo incremento, que se añadía al que se aplica desde comienzos de este año (7,6 céntimos para el gasóleo y 3,9 céntimos para la gasolina) estaba previsto recaudar unos 3.000 millones de euros anuales.