Hicieron lecturas distintas, pero coincidieron en un punto: las cifras para compensar a la provincia de Buenos Aires por la eliminación del Fondo del Conurbano que el Gobierno difundió ayer no se mencionaron en la reunión que tuvieron anteayer con Mauricio Macri para empezar a acordar los términos de la reforma tributaria.

La mayoría de los gobernadores opositores se mostraron sorprendidos ante la difusión de los montos con los que se beneficiará a Buenos Aires en 2018 y 2019 -40.000 y 65.000 millones de pesos, respectivamente-, porque aunque se habló de la necesidad de compensar a María Eugenia Vidal a futuro, se dejó por escrito que se acordaría un mecanismo de actualización para hacerlo. No que las cifras ya estaban definidas. Y menos aún el monto del beneficio.

«De montos no se habló nunca. Enterarnos así… Esto no ayuda a resolver los temas que estamos planteando las provincias. Se resuelven rápido los beneficios para Buenos Aires y se relegan otras cosas para las que necesitamos precisiones. Vidal vuelve a ser la gran ganadora», se quejó un gobernador.

El ministro de Economía de otra provincia gobernada por el PJ fue lapidario. «Lo que Buenos Aires va a recibir en 2018 es casi el doble de lo que le correspondería si se actualizaran los 650 millones del tope [del Fondo del Conurbano]. No se entiende por qué, recibiendo un importe que supera el reclamo, encima reciban más», bramó.

La furia no quedó allí. Incluyó una diferencia en el trato a Buenos Aires respecto del resto. «Según el documento que nos dieron ayer [por el jueves], las compensaciones a todas las provincias quedan sujetas al cumplimiento de las metas de reducción del gasto, mientras que si Buenos Aires no cumple, la compensan igual. Es autoritario y muy poco serio», cerró el ministro.

Para otra parte de los gobernadores del PJ, que compartieron la sorpresa por la novedad de los montos, el impacto en la negociación todavía pendiente con la Nación será nulo, porque los recursos para compensar a Vidal saldrán del Tesoro nacional y no de los fondos que hoy se reparten entre las provincias.

«Es un tema de Vidal con la Nación. El reclamo de Buenos Aires es justo y, en la medida en que no afecte a las provincias, a nosotros no nos cambia», le restó importancia el vocero de otro mandatario peronista.

«Es cierto que el tema no se mencionó ayer [por anteayer], pero no nos complica», aportó un colaborador de otro cacique del PJ.

Entre los gobernadores circuló ayer un tercer razonamiento, a mitad de camino entre la tesis del daño directo en la negociación con la Casa Rosada y la neutralidad. Aun cuando el dinero para cubrir la demanda bonaerense salga de las arcas nacionales, habrá un recorte en algún área de la administración pública, probablemente en la Anses, especulaban. «La plata de algún lado sale. Es indirecto, pero nos pega», plantearon desde una provincia.

En la reunión de anteayer, Vidal blanqueó un acuerdo al que ya había llegado con Macri: desistir de la demanda judicial que analizaba la Corte Suprema y, a cambio, negociar una compensación por el tope de $ 650 millones que rige desde 1992.

Sin embargo, en el documento que los gobernadores se llevaron de la Casa Rosada no figuran números ni porcentajes, sino un compromiso para establecer la forma de compensar a Buenos Aires «a futuro».

Más allá de las lecturas dispares que provocaron las precisiones conocidas ayer, la atención de los jefes provinciales está centrada en llegar al jueves próximo con un panorama claro del plan del Gobierno para cambiar el esquema de impuestos y, sobre todo, con un punteo preciso de los temas que no los convenzan. O como sintetizó un gobernador: «Hay poco tiempo y muchas cosas para hablar».

El jueves de la semana que viene Macri volverá a recibir a los gobernadores en la Casa Rosada. Su intención es conseguir la foto del acuerdo ese mismo día y asegurarse de que el nuevo pacto fiscal rija a partir del 1° de enero próximo.

La reforma deberá pasar por el Congreso, por lo que, para que los cambios puedan aplicarse en los tiempos que pretende el Gobierno, el visto bueno de los gobernadores deberá incluir el respaldo de los legisladores que les responden, sobre todo en el Senado.