Fumar, comer y beber y mirar el celular suman más del 50% de los factores que operan como distracción al conducir entre los conductores de autos y camionetas, mientras que portar objetos representa más del 60% entre conductores de motocicletas y ciclomotores.

Más del 70% de los peatones cruza por la senda peatonal y más del 80% mira antes de cruzar, aunque el respeto al semáforo en rojo disminuye al 60% entre los peatones, cuyo factor distractivo más frecuente es ir conversando con otra persona y el uso de auriculares, en más de un 40%.

Entre los ciclistas, un 37% no respeta el semáforo mientras que un 23% circula con auriculares puestos.

Las mujeres son más apegadas al uso de cinturón de seguridad, y utilizan en mayor medida que los hombres el casco al circular en motovehículos.

En grandes ciudades de entre 500 mil y más de 1 millón de habitantes, como La Plata o Mar del Plata, el uso de sistemas de retención y protección se duplica en relación al uso detectado en las ciudades más pequeñas. De hecho, es el único segmento de ciudades donde la cantidad de personas que usa el cinturón supera a las que no lo hacen: 51,3% contra 48,7%; seguidas en lo inmediato por las ciudades de más de un millón de habitantes, donde el 46,1% usa el cinturón contra un 53,9%que no lo usa.

Pero, a su vez, se observa una mayor propensión a respetar uso de cinturón y casco en las rutas en detrimento del uso en las calles y avenidas.

Estos datos forman parte del Tercer estudio observacional en la Argentina sobre hábitos y cultura vial desarrollado por la Dirección Nacional de Observatorio Vial, y muestran que individualmente los argentinos se declaran mayoritariamente responsables y apegados a las normas viales, pero colectivamente se percibe una tendencia más irresponsable y negligente.

Se trata de uno de los 9 estudios incluidos en las estadísticas difundidas por el Observatorio Iberoamericano de Seguridad Vial (OISEVI), un instrumento de cooperación internacional que integran las máximas autoridades de seguridad vial de los 21 países iberoamericanos miembros: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, más España.

“Se trata de países que tienen cuestiones culturales similares, con prevalencia de conductas más informales y con menor apego a las normas que en otros países como los anglosajones, por ejemplo”, explica Corina Puppo, especialista en Datos y Seguridad Vial de la Argentina.

Argentina ostenta uno de los índices más altos de mortalidad producida por accidentes de tránsito: veintidós personas mueren por día, casi 8 mil muertos por año, y más de 120 mil heridos anuales de distinto grado, además de cuantiosas pérdidas materiales.

Puppo define al objetivo central del Observatorio como “la coordinación de estrategias e iniciativas en seguridad vial a nivel regional a partir de la generación de información oportuna, objetiva y confiable, que contribuya a lograr una reducción efectiva en la siniestralidad vial en el territorio Iberoamericano”.

Con la idea rectora de salvar vidas, el OISEVI busca estandarizar y difundir la recolección, procesamiento y análisis de datos de tránsito, que contribuyan a la generación de informes de monitoreo e indicadores estadísticos para el diseño de medidas de seguridad vial y la toma de medidas en salud pública. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo indica con claridad:

El trauma es la primera causa de muerte y discapacidad entre las personas jóvenes, menores de 45 años, en plena edad productiva para su familia y su comunidad.

El trauma figura también entre las primeras causas de discapacidad y se ha convertido en una endemia que afecta sobre todo a la población de los países en vías de desarrollo. De hecho, se sabe que son las enfermedades cardiovasculares y el cáncer las principales causas de muerte en nuestra población general. Hoy también se sabe que la tercera es la enfermedad trauma.

Motos, al tope de los siniestros

Un análisis de siniestralidad vial de los últimos diez años en Argentina elaborado por CESVI subraya la participación de las motos en las personas que resultan lastimadas en accidentes de tránsito: el 45% del total de los lesionados. El 26,70% son aquellos que conducen automóviles, seguidos por el acompañante (14,38%), el peatón (7,14%) y el ciclista (6,51%).

“Un tercio de las internaciones y el 75% de las asistencias con ambulancias en la calle tienen origen en siniestros viales”.

En relación al tipo de lesiones, el estudio dividió el cuerpo humano para encontrar un patrón en la participación de cada actor del tránsito. Los que viajaban en motos dominaron todas las categorías menos una. En la zona de la cabeza, el 38,94% de los lesionados fueron motociclistas, el 17,28% acompañantes de auto y el 11,53% el ocupante de motos. En las lesiones en extremidades superiores (antebrazo, codo, hombro, brazo, mano) se registraron mayoritariamente en los motociclistas (52%) y en ocupantes de motos (10,64%).

En extremidades inferiores (pierna, rodilla, tobillo) y cadera, los motociclistas dominaron el porcentaje con el 57,32%, lejos del resto: ocupante de motor (13,55%). El conductor de moto fue superado solo en el rubro de lesionados en el tronco (columna vertebral, abdomen, cuello), donde quienes manejaban autos registraron el valor más elevado con el 41,56% de los afectados, seguidos por los motociclistas con el 24,50% del total.