En los últimos cinco años, más de 3.000 pymes debieron cerrar o comenzar a trabajar en la informalidad, lo que provocó la pérdida de 128.000 puestos de trabajo, de acuerdo a lo alertado por Industriales Pymes Argentinos (IPA).

Ante este panorama, el presidente de la entidad, Daniel Rosato, reclamó al Gobierno un «plan de contingencia» para el sector, que permita «contener la crisis» que sufren y que «se está profundizando».

El dirigente industrial aseguró que «los últimos 12 meses fueron particularmente crudos: cerca de 1.500 pymes quebraron o redujeron a cero su plantilla de trabajadores».

En diálogo con periodistas, Rosato consideró necesario «reactivar la producción fabril ante otra inminente inestabilidad financiera, que generará más pérdida de poder adquisitivo de los salarios, una nueva escalada inflacionaria y el aumento de los costos».

«Todas las recetas financieras fracasaron, porque las inversiones reales llegan a un país siempre que exista una sólida base de crecimiento», enfatizó.

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Además, el presidente de IPA cuestionó las últimas medidas que tomó el Gobierno para reactivar el consumo, como bajar la tasa de financiamiento del programa «Ahora 12».

«Se trata de decisiones que sólo apuntan a conseguir votos en las próximas elecciones», se quejó el empresario, dueño de una metalúrgica en Berazategui, al sur del Gran Buenos Aires.

Rosato propuso reactivar la línea de créditos para la inversión productiva y «promocionar los productos nacionales y el cuidado del mercado interno a partir de la inserción inteligente con el mundo».

«Una señal de estabilidad mostraría una vocación hacia la economía real y le daría expectativas a los empresarios, que hoy dudan sobre seguir con los portones abiertos de sus fábricas, por la dura y extensa crisis, que no da muestras de recuperación», enfatizó el directivo.