El 38% de los habitantes del país menores de 20 años es pobre, y representa el grupo que pasa mayores privaciones de acuerdo con un informe que publicó el Instituto para el Desarrollo Social Argentina (Idesa).
A su vez, en la franja de 20 a 60 años, el 23 por ciento son pobres y entre los mayores a 60, se ubica en el 7 por ciento. El dato ocurre luego de que el presidente Mauricio Macri admitió que la devaluación alcanza el 40% anual, y que con el «rebote» de la inflación seguirá castigando.
En el mismo sentido, la encuesta de hogares del Indec que abarcó el primer trimestre de 2018 estimó que la pobreza alcanza en proporción cinco veces más a los jóvenes que a los mayores de 60 años.
«Semejante brecha está asociada al hecho de que la política previsional aplicada en la última década fue eficaz en reducir la pobreza entre los mayores pero, debido a su rudimentario diseño, lo hizo a costa del resto de la población y, en especial, de los niños y jóvenes», opinó el informe de Idesa.
En ese sentido, precisó que las jubilaciones y pensiones son el principal componente del gasto público nacional. Representan aproximadamente 40% del total de las erogaciones. «Más importante aún es que crece a una tasa sustancialmente más alta que el resto de los gastos e ingresos. Por ejemplo, en lo que va del año el pago a jubilados aumentó a una tasa del 30% interanual cuando los recursos tributarios lo hicieron al 22%. Esta dinámica convierte al sistema previsional en el principal factor desestabilizador de las finanzas públicas», explica el documento.
«Dejar que el gasto previsional continúe con esta dinámica no solo es un factor de desestabilización macroeconómica sino que profundiza la desigualdad y la exclusión social. Además, evaluado en una perspectiva de largo plazo, erosiona la propia sustentabilidad del sistema previsional. Los niños y jóvenes que hoy sufren la pobreza no están desarrollando capacidades laborales apropiadas para ser los futuros sostenedores del sistema. Si en la actualidad sólo un tercio de los ocupados tiene un empleo asalariado registrado en el sector privado –es decir, es un sostén genuino del sistema previsional– con las tendencias actuales en el futuro esa proporción tendera a empeorar», precisó Idesa.