El Superior Tribunal de Justicia rechazó el habeas corpus presentado en la mañana del viernes por la defensa del ex presidente Lula da Silva. Así lo informó el abogado y jurista Sepúlveda Pertence que está en el equipo de defensores. Fue el juez Félix Fischer quien se expidió por la negativa.

La demanda de amparo había sido presentada a las 7 de la mañana. Con esto se aleja toda posibilidad de evitar la detención del líder del Partido de los Trabajadores que debe ocurrir hoy a las 17 horas.

La defensa de Lula había alegado que la orden de prisión había partido el jueves antes de terminar el plazo para la presentación para un segundo recurso, que debía entrar en el tribunal de Porto Alegre. Ese plazo debe terminar el próximo martes 10.

Según los abogados del ex mandatario, “el escenario muestra una excesiva agilidad de los órganos jurídicos involucrados, lo que evidencia una opresión ilegal impuesto al acusado, en la medida en que contraría la propia determinación de ese tribunal sobre el recurso de apelación”.

El bufete de abogados Teixeira Martins alega que el tribunal de apelación de Porto Alegre (sur) indicó a Moro que emitiera la orden de prisión sin haber analizado las objeciones presentadas contra el rechazo de los recursos. Según los abogados, «no hubo agotamiento de la jurisdicción», por lo cual no podía decretarse la orden de prisión.

En su orden de prisión, Moro desconsideró esos recursos, definiéndolos como «patologías» del sistema judicial que solo buscan aplazar los tiempos y «no alteran juicios» ya emitidos.

Una reclusión «especial»

Lula, favorito para volver a ser elegido presidente en los comicios de octubre, debe presentarse ante la Policía Federal en Curitiba, donde está el tribunal de Moro en el sur del país, para empezar a cumplir una pena de 12 años de cárcel a la que fue condenado en enero.

El ex jefe de Estado, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010 y pretende ser candidato en las elecciones de octubre próximo, será recluido en una «sala especial» en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, que cuenta con «una cama, una mesa con sillas y un baño» y está aislada del resto de detenidos.

El espacio reservado para Lula, que de acuerdo con Chastalo «hace quince días» que se «está preparando», tiene 15 metros cuadrados, se ubica en el cuarto piso de la sede y se ha habilitado en virtud de su condición de exmandatario.

En los alrededores de la sede la Policía, en Curitiba, un manifestante colocó hoy un muñeco de paja, del tamaño de una persona, que cargaba una bola de presidiario, para denunciar la corrupción en el país. Otro llegó con una camiseta del juez Sergio Moro.

Lula fue condenado en julio del año pasado por Moro, encargado en primera instancia de las investigaciones del caso Petrobras, por el que fue sentenciado Lula, a 9 años y 6 meses de prisión por los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero.

El juez dio por comprobado que el expresidente se benefició de un apartamento en la playa a cambio de favorecer a la constructora OAS en la adjudicación de contratos públicos de Petrobras.

La condena fue ampliada hasta los 12 años y 1 mes por un tribunal de apelación y Moro dictó el auto de prisión menos de un día después de que el Tribunal Supremo negara un «habeas corpus» a la defensa de Lula.