Médicos del Hospital de Niños de La Plata recurrieron a las luces de sus celulares para poder continuar con las operaciones que estaban llevando adelante ayer cuando un corte de luz afectó a casi toda la ciudad, debido a que los generadores tardaron más de lo habitual en encenderse.

Según denunció Cicop, el gremio que representa a los profesionales de la salud, los cirujanos de ese prestigioso hospital bonaerense tuvieron que cerrar los pechos de los pacientes a la luz de los teléfonos y en algunos casos se vieron obligados a suspender las operaciones.

«Los cirujanos cardiovasculares tenían el pecho abierto de los chiquitos y los tuvieron que cerrar y suspender la cirugía, posponerla. La cirugía general sí se terminó pero bajo la luz del celular», dijo Ariel Longuino, neurocirujano del Hospital de Niños y secretario general de Cicop.

«Una vez más, el esfuerzo de todos los trabajadores del hospital hizo que no se produjera una tragedia. Solicitamos a las autoridades provinciales que tomen cartas en el asunto y dejen de poner en riesgo la vida de nuestros pacientes. Con los niños no», denuncian desde el gremio de los trabajadores de la salud de la Provincia.

El jueves se produjo un corte generalizado de energía eléctrica, alrededor de las 10:30 de la mañana, mientras que varias especialidades quirúrgicas se encontraban trabajando. 

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Longuino citó el caso de una operación de corazón a un paciente que estaba con el esternón abierto y sin haber resuelto la patología, porque el generador tardó más de lo debido en arrancar.

«Al esperar que los generadores de energía se activen automáticamente -que tardan 10 segundos como mucho-, pasaron 7 minutos y recién ahí se encendieron; esto generó peligro de vida para el paciente y mucha incertidumbre de los cirujanos de no saber qué iba a pasar», manifestó Longuino.

Este tipo se situaciones no es la primera vez que suceden en un hospital de la provincia, lo que pone el reclamo por soluciones en primera plana. Semanas atrás el Hospital Rossi de la misma ciudad también se vio envuelto en problemas de energía eléctrica.

«Todas las fallas las arreglamos con soluciones transitorias. Pero tratándose de vidas de bebés y niños… no es chiste. Falta de políticas sanitarias, trabajo en condiciones paupérrimas, le ponemos garra, le ponemos dedicación, pero sin ayuda de funcionarios que estén comprometidos con la salud pública… Todo es cuesta arriba. Ojalá esto no vuelva a pasar. Es un deseo para los pacientes y para los trabajadores de la salud que remamos cada día para ayudar a la gente que lo necesita», concluyó Vanesa Reiris, médica del Hospital de Niños.