En la audiencia de este martes, en el marco del juicio que se lleva adelante por la muerte de Diego Maradona, el Tribunal citó a tres hermanas del astro del fútbol, Claudia, Rita y Ana Maradona, y a su expareja, Verónica Ojeda, para que presten declaración el jueves próximo. Además, dieron testimonio varios peritos médicos que analizaron el estado del cuerpo exánime de Maradona y aseguraron que no presentaba rastros de drogas ni de alcohol.
En cuanto a signos de patologías crónicas, dos médicos especialistas aseguraron ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°3 de San Isidro que tenía el hígado con signos de cirrosis, la función renal alterada, una lesión en el corazón debido a un edema “por la falta de oxígeno y sangre” y una afección previa en los pulmones.
El licenciado en bioquímica Ezequiel Gustavo Ventosi, perito de la Policía Científica que participó en los análisis complementarios de la autopsia de Maradona, y aseveró que “las muestras de orina y sangre dieron que no se detectó la presencia de alcohol etílico ni de otro agente volátil”. A su vez, el especialista determinó que “también dieron negativo en cocaína, marihuana, éxtasis y anfetaminas”.
🔴 CAUSA MARADONA: DECLARARON LOS TOXICÓLOGOS
Los especialistas dijeron que el lastro "no tenía cirrosis avanzada" ni "droga o alcohol en sangre"
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También dio su testimonio frente a los jueces Maximiliano Savarino, Julieta Makintach y Verónica Di Tommaso fue Silvina de Piero, perito anatomopatológico de la División Patología Forense de la Policía Científica bonaerense.
“El hígado tenía lesiones de grasa, símbolos compatibles con un cuadro de cirrosis”, expresó De Piero, y afirmó que “existían alteraciones” en su riñón y que “tenía una necrosis tubular aguda”.
Sobre el corazón de Maradona, que según los médicos que realizaron la autopsia pesaba medio kilo al momento de dejar de funcionar y tenía el doble de tamaño que un corazón normal, De Piero señaló que se observó “un edema”, destacó la falta de sangre y oxígeno y que esto era “compatible con una isquemia cardíaca”. En cuanto al análisis de los pulmones, determinó “una patología pulmonar crónica, compatible con un cuadro de insuficiencia cardíaca”.
El testimonio del médico legista Alejandro Ezequiel Vega, quien al momento de la muerte de Maradona trabajaba en el cuerpo médico de San Martín y ahora forma parte del equipo de peritos médicos tanatólogos de la morgue del Poder Judicial de la Nación, fue en consonancia al de su colega.

► Esta es la cuarta semana en el juicio por la muerte de Diego Maradona.
“Era hígado compatible con cirrosis. El tamaño del corazón era totalmente aumentado, fuera del tamaño normal. Era un corazón enfermo, patológico. El riñón tenia una enfermedad de base, una isquemia próximo al momento del fallecimiento”, indicó.
Manifestó también que los pulmones de Maradona “sufrieron hemorragias dentro de las 72 ó 96 horas desde tomada la muestra”, que se efectivizó en la tarde del 25 de noviembre de 2020, día en que murió en el barrio privado San Andrés, en Benavídez, partido de Tigre.
Otro tema que introdujo el perito es el tamaño que se encontraba el abdomen de Maradona al momento de su muerte. El especialista indicó que el cuerpo “no tenía la capacidad de eliminar este líquido” y que en la cavidad abdominal había más de tres mil mililitros, es decir, más de tres litros.
El último testigo de la jornada fue otro perito de la Policía, Sebastián Zavala, quien remarcó ante la pregunta del abogado Vadim Mischanchuk, defensor de la psiquiatra Agustina Cosachov, que no se realizaron pericias toxicológicas sobre el cabello de Maradona.

► Cosachov y Luque, imputados.
Próximos testigos
Antes de finalizar la jornada, la fiscalía adelantó que los testigos del jueves serán Claudia, Rita y Ana Maradona, hermanas del futbolista. Además, será llamada a declarar Verónica Ojeda, expareja del “Diez” y madre de su hijo menor, Dieguito Fernando. En este juicio son juzgados el neurocirujano Leopoldo Luque (44), la psiquiatra Agustina Cosachov (40) y el psicólogo Carlos Ángel Díaz. Todos están imputados por “homicidio simple con dolo eventual”, cuya pena prevista es de 8 a 25 años de cárcel.