El presidente de Bolivia, Evo Morales, presentó este domingo la renuncia a su cargo tras casi 14 años en el poder, en el marco de la crisis originada por protestas de la oposición por el resultado y la realización de las elecciones generales del 20 de octubre último. Además, denunció un «golpe cívico, político y policial».
Evo confirmó su renuncia en un video que grabó desde algún lugar del país, y luego difundió la agencia de noticias EFE.
«Queremos preservar la vida de los bolivianos», dijo Morales junto a su vicepresidente Álvaro García Linera, quien también dimitió al cargo.
En el mensaje televisado, el presidente denunció un «golpe cívico, político y policial», y sostuvo que «mi pecado es ser indígena». García Linera coincidió en el diagnóstico: «El golpe de Estado se ha consumado», dijo el vicepresidente y advirtió que «vamos a cumplir la sentencia de Tupac Katari, volveremos y seremos millones».
#URGENTE @evoespueblo presenta su renuncia a la presidencia de #Bolivia. #ANF pic.twitter.com/8kqVFcSCtF
— Agencia de Noticias Fides (@noticiasfides) November 10, 2019
Morales pidió a los líderes opositores Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, a los que acusa de instar un golpe de Estado para echarlo del poder, que «no maltraten» a los bolivianos y los «dejen de patear».
«No queremos enfrentamientos», agregó, a la vez que dijo renunciar para propiciar la «pacificación» de Bolivia y que «vuelva la paz social».
El país atraviesa una seria crisis desde las elecciones del 20 de octubre, en las que fue proclamado vencedor pero la oposición denunció fraude y pidió su renuncia.
Los enfrentamientos entre afines y contrarios a Morales dejaron desde entonces tres muertos y más de 400 heridos.
«La lucha no termina acá», advirtió con la voz entrecortada por momentos, para insistir en su denuncia de un «golpe cívico, político y policial» instigado por «grupos oligárquicos que conspiran contra de democracia», reseñó la agencia de noticias EFE.
Al respecto, exigió ante la comunidad internacional que «se diga la verdad» sobre lo que consideró un golpe de Estado.
Asimismo, se mostró dolido por la violencia de los últimos días, para recalcar que enviaba al Parlamento su carta de renuncia para que cesen los actos violentos.
Aseguró que estará en un futuro en el trópico de Cochabamba, la zona de Bolivia desde la que inició su carrera política, tras una serie de rumores sobre su salida del país. «No tengo por qué escapar», declaró Morales, porque «no he robado nada».
Morales había anunciado nuevas elecciones, luego de que, horas antes, un informe de la Organización de Estados Americanos advirtiera de graves irregularidades en los comicios.
«Mi pecado es ser indígena, dirigente sindical, cocalero», exclamó, al término de sus «trece años, nueve meses y 18 días» en el poder desde que tomó posesión el 22 de enero de 2006.
«Muchas gracias por acompañarnos», concluyó, junto a García Linera, con una bandera del país de fondo.
La rebelión militar policial
El anuncio de la renuncia llegó horas después de que el comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia, general Williams Kaliman, sugiriera al mandatario que diera un paso al lado para desbloquear la crisis política.
Los militares veían insuficiente la convocatoria a nuevas elecciones que había hecho el gobierno en horas de la mañana tras las «irregularidades» detectadas por una auditoría de las elecciones hecha por la Organización de Estados Americanos (OEA).
Días antes, numerosas unidades policiales habían declarado un «motín» en protesta contra el gobierno.
El expresidente Carlos Mesa, segundo en las elecciones del 20 de octubre, celebró el anuncio hablando de «fin de la tiranía».
A Bolivia, a su pueblo, a los jóvenes, a las mujeres, al heroísmo de la resistencia pacífica. Nunca olvidaré este día único. El fin de la tiranía. Agradecido como boliviano por esta lección histórica. Viva Bolivia!!!!!
— Carlos D. Mesa Gisbert (@carlosdmesag) November 10, 2019
El polémico recuento
Los problemas de Morales empezaron en la misma noche de las elecciones, cuando el Tribunal Supremo Electoral (TSE) suspendió por sorpresa el conteo rápido con el 83% escrutado y con una tendencia que apuntaba a que iba a haber segunda vuelta entre el mandatario boliviano con el candidato opositor Carlos Mesa.
Al día siguiente, ese conteo rápido denominado Transmisión Rápida de Resultados Preliminares (TREP) se reactivó con un 95% de avance y con Morales ganando en primera vuelta por un estrecho margen.
Las sospechas que habían suscitado los extraños movimientos del TSE llevaron a la oposición a clamar un «fraude descarado». Incluso las misiones de observación de la OEA y la Unión Europea pidieron que hubiera segunda vuelta.
Pero Morales insistió en que él había ganado las elecciones y, en respuesta a las manifestaciones de la oposición, llamó a sus seguidores a «defender la democracia» en las calles y frenar un «golpe de Estado».
También aceptó que la OEA hiciera una auditoría del escrutinio. Pero las protestas continuaron, la oposición sospechaba de la OEA.
En su informe, la OEA denunció «irregularidades» y determinó que era estadísticamente improbable que Morales hubiese ganado por el margen de 10% que necesitaba para evitar una segunda ronda electoral.
Morales respondió convocando nuevas elecciones y anunciando la renovación de la totalidad de vocales del Tribunal Supremo Electoral, que fueron duramente criticados por el manejo del conteo del mes pasado. Algo también recomendado por la OEA.
Pero eso no calmó las protestas opositoras. El presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, respondió exigiendo la renuncia de todos los altos funcionarios y dejar el gobierno a una «junta de notables» para gestionar la transición.
Agradecemos a los movimientos sociales y pueblos indígenas que nos han apoyado en esta lucha, los hechos nos han demostrado, que nuestra petición era justa.
Con mi hermano @Marco_Pumari_A vamos camino a Potosí, POR NUESTROS HERMANOS! @OEA_oficial@CNNEE#concluELEXBOL19
— Luis Fernando Camacho (@LuisFerCamachoV) November 10, 2019