Francisco está en Chile. Desde ayer a las 19.14 horas, cuando su avión se posó en Pudahuel y comenzó el vertiginoso recorrido pontificio por el aeropuerto, la Costanera Norte, San Pablo, la Parroquia San Luis Beltrán, la Alameda y la Nunciatura Apostólica. Con la Presidenta Michelle Bachelet dándole la bienvenida en la losa de la terminal aérea junto a la Conferencia Episcopal chilena y el cardenal Ricardo Ezzati acompañando sus pasos.

Luego se trasladó en un papamóvil hasta la Parroquia San Luis Beltrán de Pudahuel, donde lo esperaban cientos de fieles en medio de canciones, aplausos y gritos. En el lugar, el Pontífice visitó la tumba del sacerdote Enrique Alvear Urrutia, conocido como el “obispo de los pobres” y fue recibido por el párroco del templo, Julio Larrondo.

Con banderas, carteles y pañuelos, miles de personas lo esperaban en las calles de San Pablo, Alameda, Brasil y Providencia, donde desde temprano se habían instalado con banderines, sillas, quitasoles y agua a esperar detrás de las vallas papales que copaban el recorrido. Apareció el fervor religioso, aunque sin grandes tumultos ni desbordes.

a_uno_889413_60cbf

Pasadas las 20:30 horas el Papa llegó a la Nunciatura Apostólica, en Providencia, donde se acercó a saludar a los fieles que llevaban varias horas esperándolo. Fotos, regalos y banderas de Chile eran algunos de los obsequios que la gente le entregaba al Pontífice. Uno de ellos fue un solideo -pieza que cubre su cabeza- por parte de un niño, que el Pontífice recibió y se puso en la cabeza. Además, muchas madres acercaban a sus niños para que el Papa les diera su bendición, incluso provocando lágrimas de emoción entre los fieles.

a_uno_889440_03a2e

Hoy, en su primer día de actividades oficiales, Francisco hablará en la sede de gobierno, el Palacio de La Moneda, desde las 08:20, y luego tendrá un encuentro privado con Bachelet. Luego, el pontífice tendrá su primera misa, en el parque O’Higgins de Santiago, antes de visitar la cárcel de mujeres de la capital chilena y luego proseguir sus actividades reuniéndose sucesivamente con sacerdotes, obispos y jesuitas.

Esta es la segunda visita de un Papa al país. Juan Pablo II visitó la nación sudamericana en 1987, en las postrimerías de la dictadura de Augusto Pinochet, con un clima marcado por las violaciones a los derechos humanos y la profunda pobreza de millones de chilenos.

Chile recuperó la democracia tres años después de la visita de Juan Pablo II y se transformó durante las décadas siguientes en una de las economías más sólidas de América Latina, aunque con ciudadanos más distanciados de la Iglesia Católica

En este primer viaje de un Papa a Chile en 30 años, Francisco, de 81 años, se encontrará con la población más desconfiada con la iglesia Católica de Latinoamérica, según un reciente estudio. Los abusos sexuales en el seno de la iglesia han contribuido a esta percepción.

El viernes pasado se registraron ataques a cinco iglesias en Santiago y la vecina localidad de Melipilla, por supuestos grupos de anarquistas. “Papa Francisco, las próximas bombas serán en tu sotana”, rezaba un panfleto dejado por los atacantes.

Sucede que Francisco llegó a un país en pleno cambio social, que acaba de aprobar el aborto terapéutico y tramita en el Parlamento el matrimonio homosexual, tras la adopción de la unión civil de parejas del mismo sexo. 

Por lo demás, se trata de la cuarta visita que hace a Sudamérica. Hasta ahora, había visitado Brasil, Paraguay, Bolivia, Ecuador y Colombia. Perú será la nación 34 que sumará a su lista.

Saludo a la Argentina

Francisco expresó su “cercanía y bendiciones” al pueblo de Argentina, su “patria”, y pidió que recen por él, en el telegrama que envió al sobrevolar el espacio aéreo del país rumbo a Santiago de Chile. “Mientras atravieso el espacio aéreo argentino, les traslado mis cálidos saludos y envío mis mejores y francos deseos a todas las personas de mi patria, asegurándoles mi cercanía y bendición”, escribió el pontífice en el telegrama, dirigido como es habitual al mandatario argentino, Mauricio Macri.

“En nombre de todo el pueblo argentino agradezco el saludo y la bendición del papa al sobrevolar nuestro país. Deseo que su visita a los hermanos de Chile y Perú sea fuente de paz, esperanza e inspiración. La Argentina lo acompaña con el cariño y el respeto de siempre”, fue la respuesta de Macri en Twitter.

El mensaje del Papa, que fue enviado como de costumbre al entrar en espacio aéreo argentino, había despertado expectativa en Argentina, su país natal.

Poco después, por Twitter, Macri agradeció el saludo y la bendición en nombre de todo el pueblo argentino. «Deseo que su visita a los hermanos de Chile y Perú sea fuente de paz, esperanza e inspiración», señaló.