Luego de aprobar un nuevo desembolso de 5.400 millones de dólares para el país, el FMI redujo a la mitad su proyección de crecimiento de la economía argentina para 2020, admitiendo así que la recuperación será más lenta de lo esperado por el Gobierno. El informe, contrasta con el Presupuesto del año próximo que el Poder Ejecutivo envió al Congreso la semana pasada, en el cual estima una variación del PBI de 3,5% y el Fondo la ubicó en 1,1%.

El paper del Fondo incluye, además de ese cambio en la estimación de crecimiento, advertencias sobre las necesidades de financiamiento de los próximos meses, un reconocimiento a las metas alcanzadas por el Gobierno en términos fiscales y de política monetaria. Además, volvió a pedir una reforma impositiva integral que elimine determinados tributos, que extienda el alcance de Ganancias y que incremente el cobro de IVA.

Según el documento, hay dos factores que influyeron en el recorte de la previsión de crecimiento para 2020. El primero fue que los índices de inflación, a pesar de mostrar caídas en los últimos meses, «fueron más altos de lo esperado». Y por otro lado, el ritmo de recuperación económica «va a ser más lento», respecto a lo que estimaba el FMI anteriormente.

El reporte detalló que las perspectivas de mejora en la actividad se redujeron este año por un repunte «débil» en el consumo y en las importaciones y por un crecimiento menor para Brasil, que es el principal socio económico del país. «La recuperación de la producción agrícula y una reconstrucción gradual del salario real debería ayudar a retornar a un camino de crecimiento en el segundo trimestre del año», explicó el FMI.

Para concluir, el organismo mencionó que en un mediano plazo, «la sostenibilidad de la deuda permanece altamente vulnerable a shocks, particularmente a sorpresas negativas respecto al crecimiento económico. Más allá de estos riesgos financieros, es posible que la inflación permanezca atascado en niveles altos o que la recuperación de la actividad se demore. Esto provocaría un empeoramiento de los indicadores sociales, un aumento de la pobreza y una erosión del apoyo público al programa firmado por el Gobierno«.