El Banco Mundial empeoró las perspectivas de crecimiento de la economía argentina para este año y pronosticó que el PBI del país caerá un 3,5%, más aún de lo que había previsto apenas dos meses atrás, debido a las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei.

Sin embargo, el organismo mantuvo el pronóstico de que habrá una marcada recuperación el año que viene del 5%.

El organismo presentó este martes en Washington un informe de actualización de proyecciones para todos los países, en el que vuelve a calcular los números que había divulgado en la última asamblea de Primavera, en abril de este año.

El Banco Mundial que preside Ajay Banga estimó para la Argentina una recesión del 3,5% este año y una recuperación del 5% en 2025.

La proyección de la recesión se agudizó más aún para la Argentina, ya que hace apenas dos meses el Banco Mundial había pronosticado que el PBI caería un 2,8% por el plan de estabilización de Milei. El Fondo Monetario Internacional también había previsto en abril una caída de 2,8%.

El capítulo argentino del informe difundido este martes señala ahora que la caída será más profunda: “Se proyecta que la economía argentina se contraiga marcadamente, un 3,5% en 2024, antes de repuntar un 5% en 2025”.

Al explicar los motivos de la nueva cifra, señalan que “las autoridades están tratando de hacer frente a los importantes desafíos económicos del país con un nuevo enfoque de política basado en parte en la consolidación fiscal y el reajuste de los precios relativos, incluido el tipo de cambio”.

► Ajay Banga, presidente del Banco Mundial.

Agregan que “se espera que la inflación se mantenga elevada este año, aunque disminuyendo a un ritmo rápido”, desde una previsión de 200% en enero a una actual cercana al 90%.

La inflación general y la subyacente han seguido disminuyendo en toda la región, aunque a un ritmo más lento, señalan. “La excepción entre los principales países de América latina es Argentina, que experimentó un aumento significativo de la inflación mensual a principios de 2024 y ahora muestra signos de relajación tanto en la inflación como en las expectativas de inflación”, afirman.

El informe es mucho más optimista para el año que viene en Argentina. “Se espera que la actividad económica se consolide en 2025 a medida que se aborden los desequilibrios macroeconómicos, se eliminen nuevas distorsiones del mercado y se controle la inflación”, señalan. Calculan el año próximo un repunte de un 5% del PBI.

La proyección de la recesión se agudizó más aún para la Argentina, ya que hace apenas dos meses el Banco Mundial había pronosticado que el PBI caería un 2,8% por el plan de ajuste de Milei. El FMI también había previsto en abril una caída de 2,8%.

El Banco Mundial también revisa a la baja el crecimiento general de la región y señala a la Argentina como uno de los motivos importantes del cambio.

Según las proyecciones, el crecimiento en América latina y el Caribe se debilitará aún más, hasta el 1,8% en 2024 (antes pronosticaba 2,3%), debido a las elevadas tasas de interés reales en 2023 y al débil crecimiento del comercio en 2024.

“El crecimiento para 2024 se ha revisado a la baja en 0,5 puntos porcentuales desde enero, principalmente debido a la reducción de las exportaciones regionales y a un marcado deterioro de las perspectivas a corto plazo para Argentina, donde se espera que las medidas de política fiscal y monetaria necesarias para abordar los desequilibrios crónicos provoquen una contracción temporal”.

El año que viene la región revertirá la tendencia. “Se espera que el crecimiento de la región repunte hasta el 2,7 % en 2025 a medida que las tasas de interés se normalicen junto con una inflación más baja”.

► El ministro de Economía, Luis Caputo.

A nivel global, el Banco proyecta que el crecimiento mundial se estabilice en 2,6% este año, manteniéndose por primera vez en tres años a pesar de las crecientes tensiones geopolíticas y las altas tasas de interés. Luego se espera que suba al 2,7% en 2025-26 en medio de un modesto crecimiento del comercio y la inversión.

Respecto de la inflación mundial, se proyecta que se modere a nivel global, pero a un ritmo más lento de lo que se suponía anteriormente, con un promedio de 3,5% este año.

“Dadas las continuas presiones inflacionarias, es probable que los bancos centrales tanto de las economías avanzadas como de las economías de mercados emergentes y en desarrollo sigan siendo cautelosos a la hora de flexibilizar la política monetaria. Por lo tanto, se espera que las tasas de interés oficiales de referencia promedio en los próximos años sigan siendo aproximadamente el doble del promedio de 2000-19”, afirman.