La Abilify MyCite contiene un sensor que envía una señal a una aplicación móvil para notificar al paciente, sus familiares o al médico tratante, que ha sido ingerida.
Una vez ingerida, la píldora inteligente envía un mensaje desde el sensor a un parche, que a su vez transmite la información a una aplicación móvil para que los pacientes puedan rastrear la ingesta de la medicación en su teléfono inteligente. Los pacientes también pueden permitir que sus cuidadores y médicos accedan a la información a través de una página web.
«Ser capaces de rastrear la ingesta de medicamentos recetados para enfermedades mentales puede ser útil para algunos pacientes», indicó Mitchell Mathis, director de la división de productos de Psiquiatría en el centro de evaluación e investigación de drogas de la FDA, citado en el boletín.
La FDA subraya que «Abilify no debe usarse para rastrear la ingesta de drogas en ‘tiempo real’ o durante una emergencia, ya que la detección puede retrasarse o no ocurrir».
El producto está aprobado para el tratamiento de la esquizofrenia, tratamiento agudo de episodios maníacos, trastorno bipolar y como tratamiento complementario para la depresión en adultos.
La esquizofrenia es un trastorno cerebral crónico, severo e incapacitante. Cerca del 1% de los estadounidenses padece esta enfermedad. Típicamente, los síntomas se ven por primera vez en adultos menores de 30 años de edad e incluyen escuchar voces, creer que otras personas están leyendo sus mentes o controlando sus pensamientos, y siendo sospechosas o retraídas.
El trastorno bipolar, también conocido como enfermedad maníaco depresiva, es otro trastorno cerebral que causa cambios inusuales en el estado de ánimo, la energía, los niveles de actividad y la capacidad de realizar tareas diarias.
Los síntomas del desorden bipolar incluyen períodos alternos de la depresión y del estado de ánimo alto o irritable, actividad creciente, inquietud, hablar rápido, comportamiento impulsivo y una necesidad disminuida para el sueño.
Expertos citados por The New Times cifran el costo por incumplimiento de las prescripciones médicas en cerca de 100,000 millones al año, en gran parte porque los pacientes se enferman y necesitan tratamiento adicional u hospitalización.
«Cuando los pacientes no se adhieren al estilo de vida o a los medicamentos que se prescriben para ellos, hay consecuencias realmente sustantivas que son malas para el paciente y resulta muy costoso», indicó al Times el doctor William Shrank, director médico de la División del Plan de Salud en el Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh.
Ameet Sarpatwari, instructor en la escuela de medicina de Harvard, consideras que la píldora digital «tiene el potencial de mejorar la salud pública», especialmente para pacientes que quieren tomar su medicación, pero lo olvidan.
Sin embargo, advierte Sarpatwari, «si se utiliza incorrectamente, podría fomentar más desconfianza en lugar de la confianza.»
Algo similar opina el doctor Peter Kramer, psiquiatra y autor de Listening to Prozac (Escuchando a Prozac): «la droga digital suena como una herramienta potencialmente coercitiva», señaló al Times.