Un equipo de científicos de la UBA desarrolló un film para envasar alimentos que posee propiedades extraordinarias: se fabrica a partir de fuentes naturales renovables, es rápidamente biodegradable, es económico y es comestible. Y, por si fuera poco, retrasa la oxidación del contenido y avisa si la comida se deterioró.

“Fabricamos un nuevo film que, en lugar de extracto de yerba mate, contiene extracto de albahaca, lo cual le confiere una propiedad adicional, que es la de actuar como un envase inteligente, es decir, que ‘avisa’ que un alimento puede estar en mal estado”, revela Lucía Famá, investigadora del CONICET en el Laboratorio de Polímeros y Materiales Compuestos (LP&MC), de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

Los resultados del trabajo -que también firman Carolina Medina-Jaramillo y Oswaldo Ochoa-Yepes, del LP&MC, y Celina Bernal, de la Facultad de Ingeniería de la UBA- acaban de publicarse en la revista científica Carbohydrate Polymers.

El antecedente de este desarrollo fue hace poco más de un año, cuando científicos de Argentina y Colombia daban cuenta del novedoso desarrollo de un film transparente fabricado con almidón de mandioca y extracto de yerba mate, que no solo es biodegradable sino, además, es comestible, es económico y retrasa la oxidación del alimento.

Este film está en una etapa promisoria: “Ya generamos productos aplicables a la industria, como empaques tipo sachet”, contó Famá.

En cuanto al film con extracto de albahaca, la investigadora propone dos posibles usos: por un lado, como envase en sí y, por otro lado, como un pequeño fragmento adherido al interior de un envase de otro material -transparente- funcionando como una etiqueta que “avisa” si cambia la acidez del contenido.

Al momento de hacer comparaciones entre ambos films, Famá explica que, si bien el que contiene extracto de yerba mate no es inteligente, “es más activo como antioxidante que el que contiene albahaca”. Es decir, es más efectivo para retrasar el proceso de oxidación del alimento.

“Estamos pensando en hacer un film que combine ambos extractos para ver si podemos mejorar la actividad antioxidante manteniendo el concepto de envase inteligente”, comenta.

Inteligencia natural

La contaminación microbiológica de un alimento puede ser un riesgo para la salud de quien lo consume.

Uno de los recursos que emplea la industria alimentaria para controlar el crecimiento de los microorganismos es mantener los comestibles envasados en condiciones ácidas. Una  disminución de la acidez durante la conservación puede favorecer el desarrollo de microbios patógenos y, en consecuencia, provocar enfermedades alimentarias.

Las nuevas tecnologías para la conservación de los alimentos llevaron a que el envase deje de ser -solamente- un contenedor pasivo de un producto, para dar lugar al desarrollo de envases activos, es decir, que interaccionan de alguna manera con el contenido alimenticio con el fin de, por ejemplo, extender su vida útil.

También, se desarrollaron los envases llamados “inteligentes”, que son aquellos que comunican información acerca del estado del alimento.

Por otra parte, la creciente preocupación por los efectos sobre el ambiente de la acumulación de residuos sintéticos, particularmente plásticos, incentivó el interés por la investigación y el desarrollo de materiales para envasado que tuvieran un origen natural y que fueran biodegradables.