En una nueva jornada del juicio por la muerte de Débora Pérez Volpin en 2018, que tendrá su sentencia el viernes, el endoscopista Diego Bialolenkier, imputado por «homicidio culposo» junto a la anestesista Nélida Puente, aseguró que antes de iniciar el procedimiento probó el equipo y «que funcionaba correctamente».
El progesional, que declaró una hora y media sin interrupciones ante el juez Javier Anzoátegui, aseguró haber realizado los testeos protocolares del equipo y que «si hubiera habido un error, no realizaba el estudio».
Además, recordó que aquel 6 de febrero de 2018 visitó a la paciente antes del estudio, que «la notó cansada pero en condiciones», y que Pérez Volpin le comentó que «ya se había hecho alguna vez el estudio» y firmó el consentimiento frente a él.
Por su parte, admitió que «estoy muy dolido, esto me cambió la vida totalmente. No duermo, estoy bajo tratamiento, tuve que evitar la TV, estoy hace un año y medio sin trabajar y sufro ataques de fobia» y hacia el final, mostró una presentación sobre cómo funciona el aparato.
«Entiendo el dolor de la familia, les juro que es un dolor igual al que tengo yo. Todos los días me levanto pensando en esto«, agregó conmocionado y a la hora de buscar explicaciones de lo ocurrido, apuntó hacia la anestesista: «lo único que puedo decir es que el endoscopio no fue».