De los m² a los m³. A partir del 1° de noviembre AySA modificó la modalidad de facturación para los usuarios residenciales con medidor- que representan el 14% de los residenciales- por la cual pagan un cargo fijo menor de $87 más impuestos más los cargos variables que dependen de lo que consuman. Este cambio se verá en la factura de enero de 2018, mientras que los residenciales sin medidor seguirán pagando lo mismo. Lo que busca la prestadora y el Gobierno es que crezcan los usuarios con medidor -y se ubiquen en torno al 25% para fines de 2019- para tender a la racionalización del consumo.

Según Aysa, este cambio no va a representar un incremento en los ingresos de la compañía, sino que la facturación en función del consumo responde al objetivo de sostener y mejorar el servicio que prestan, incentivando un uso responsable del recurso.

Además, esta medida es un paso importante para la expansión de la medición del servicio, al dar la opción a los usuarios no medidos de pasarse al sistema de facturación por consumo, con sólo solicitar un medidor de forma gratuita.

Desde la concesionaria dijeron que el cargo fijo se reduce a $87 más impuestos y el cargo variable se ajusta por el consumo de m³ y no los m² de la vivienda. Los usuarios residenciales con medidor tendrán 10 m³ libres por bimestre y lo que exceda esto se mutiplicará por el precio del m³ que irá de 2 a 3 centavos según la zona donde se ubica el inmueble. Actualmente los usuarios residenciales con medidor ascienden 341.000 personas y, previo a este cambio en la facturación, se hizo lo mismo con los no residenciales medidos que ascienden a 100.000 usuarios.

En los últimos meses, Aysa amplió su zona de cobertura a toda el área metropolitana sumando ochos municipios: Merlo, San Miguel, Escobar, Moreno, José C. Paz, Presidente Perón, Florencio Varela y Pilar.