En su segunda jornada en el país, el Papa Francisco realizó la Misa por la Paz y la Justicia, que se extendió por más de una hora y donde contó con la presencia de más de 400 mil personas, algunas de las cuales llegaron desde la madrugada.

«Frente a la resignación que como un murmullo grosero socava nuestros lazos vitales y nos divide, Jesús nos dice bienaventurados los que se comprometen por la reconciliación», planteó el pontífice en su primer evento masivo de los tres que se realizarán durante su visita a ese país vecino.

A pesar de los malos pronósticos por un presunto desinterés en la presencia papal, la misa que presidió Francisco en el parque O’ Higgins estuvo colmada. Así más de 400.000 personas, en su mayoría chilenos pero también argentinos, vivieron la celebración religiosa a cargo del líder de la iglesia católica.

El papa Francisco saluda a los fieles a su llegada para una misa multitudinaria el Parque O`Higgins, en Santiago de Chile.

Luego de la lectura del evangelio comenzó su homilía que estuvo centrada en la paz. «Construir la paz es un proceso que nos convoca y estimula nuestra creatividad para ver en mi vecino no a un desconocido, sino a un hijo de Dios», dijo el Papa.

«El trabajador de la paz sabe que no alcanza con decir: ‘No le hago mal a nadie’, ya que, como decía san Alberto Hurtado: ‘Está muy bien no hacer el mal, pero está muy mal no hacer el bien’«, dijo más adelante, y convocó además a «ir al encuentro de aquel que lo está pasando mal, que no ha sido tratado como persona, como un digno hijo de esta tierra».

La comunión masiva de los fieles fue uno de los momentos más emotivos. Varias centenas de sacerdotes, diáconos y seminaristas identificados con cruces rojas sostenidas en los alto se distribuyeron por todo el predio para repartir las hostias entre todos los presentes.

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La desconcentración se produjo en un clima de tranquilidad, mientras que desde el escenario rogaban mantener la calma para evitar accidentes.

Mientras la gran mayoría de los asistentes comenzaba el camino a casa tras finalizar la Misa que ofreció el Papa en el Parque O’Higgins, otro grupo -de cientos de personas- decidió quedarse ¿El motivo? Llevarse un recuerdo adicional de Francisco: Tocaron y besaron los objetos que el Pontífice utilizó en la eucaristía de esta mañana, arriba del altar.

En efecto, los objetos “preciados” fueron un mantel y el trono que ocupó el jefe de la Iglesia Católica.

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Fieles besan y tocan objetos que usó el Papa en Misa del Parque O’Higgins