«Con estas medidas de excesiva presión impositiva los farmacéuticos se verán obligados a trasladar los costos a las obras sociales o a los pacientes. O de lo contrario, dejarán de ofrecer el servicio público porque deberán dejar de funcionar», explicaron en la Federación.
A través de una carta enviada por el presidente de la FACAF, Miguel Lombardo, a los gobernadores de Salta, Juan Manuel Urtubey y de Tucumán, Juan Manzur la institución asegura que “someter a una mayor presión impositiva que en definitiva absorbe el último eslabón de la cadena, esto es la farmacia, producirá a no dudarlo el cierre de las mismas con el consiguiente perjuicio no solo a sus propietarios sino, también, para los propios pacientes que requieren la medicación y se verán privados de ella”.
Según dijeron en la Cámara de Farmacéuticos de Tucumán, los abogados de esa entidadestán evaluando posibles acciones legales para atacar judicialmente los incrementos en Ingresos Brutos aprobados por la Legislatura. «La mayoría de las farmacias de la provincia están atravesando una situación económica sumamente delicada», advirtieron. En esa provincia las alícuotas de IIBB subieron en diciembre y ahora hay proyectos de ley para retrotaer el indice a los que existían previamente.
En Neuquén, también se registró un aumento en el porcentaje del gravamen que se aplica para las droguerías. Según explicaron en la Cámara de Farmacias de esa provincia, pasó del 4 al 6,5%. «Si bien las farmacias están exceptuadas por la ley de estabilidad fiscal para las pymes, ese aumento se traslada al comercio y no se puede tocar el precio final de los medicamentos porque está regulado. Entonces, sumado a los mayores costos que tenemos por estar en la Patagonia y al aumento registrado en las tasas municipales, la situación es de extrema gravedad», dijo el representante de los farmacéuticos de Neuquén, Gerardo Salvadó, presidente de la Cámara Neuquina de Farmacias.
En Chubut las droguerías trasladan el incremento en el impuesto provincial (IIBB) a las farmacias y también repercute en su situación económica, según explicaron desde la Cámara de esa provincia.
Susana Carrasco, de la Cámara de Salta explicó que «el aumento del impuesto IIBB impacta sobre la farmacia porque las droguerías traslada la carga. Es un incremento directo del 2% por lo menos, y eso significa una retracción en los niveles de ingresos de farmacias porque no se puede trasladar al mostrador”, y además «implica un claro riesgo de pérdida de trabajo. En Salta funcionan dos droguerías integrales, una de ellas amenaza con dejar la provincia por la reducción en los ingresos. También sabemos que hubo una empresa que decidió no instalarse por la alta presión impositiva», explicó la dirigente.
El presidente de la FACAF, Miguel Lombardo, en su misiva a los gobernadores de Salta y Tucumán recuerda que en distintas provincias se ha tenido en cuenta el carácter social del medicamento desde hace tiempo. Por ejemplo en la Provincia de Santa Fe se aplica una alícuota del 1,00%, conforme la ley 13.286 del 13 de Septiembre de 2012, al comercio al por menor de medicamentos, incluidos los suministrados en sanatorios. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la comercialización minorista de medicamentos para uso humano tributa el 1,00% en concepto de ingresos brutos.
El Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Córdoba planteó la cuestión ante la Justicia Federal, apoyándose en los principios constitucionales que rigen el ejercicio de la potestad tributaria, obteniendo un dictamen de fecha 15 de noviembre de 2007, donde se dispone que los farmacéuticos, como universitarios, deben ser equiparados con los demás profesionales que ejercen su profesión en forma independiente por lo cual no deben tributar el impuesto sobre los ingresos brutos emergente de la dispensación de medicamentos destinados a la salud humana.
“No pretendemos una exención total, que sería correcto e ideal, pero si una alícuota diferenciada con respecto al resto de los contribuyentes. Y decimos esto porque no existe forma alguna de trasladar el costo del impuesto pues, como se ha dicho, los precios no los fija el profesional farmacéutico sino la industria y son inmodificables”, consideró Lombardo.