Unas 15 millones de personas sufren un ACV por año, de las cuales más de seis millones mueren, y el resto queda con una discapacidad permanente. Se trata de la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad en el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En Argentina se registran 130 mil casos por año y constituye la segunda causa de muerte (después del infarto de miocardio) y la primera causa de discapacidad severa. Suele ser más frecuente después de los 65 años, pero un 25% de los eventos ocurre antes de esa edad y, en términos generales, la amenaza se duplica con cada década de vida luego de los 55.

Los factores de riesgo más habituales son: hipertensión, sedentarismo, dislipemias (colesterol alto), obesidad, tabaquismo, alcoholismo, mala alimentación, diabetes, cardiopatías.

En números: el 32% de la población tiene hipertensión arterial (algo que el 60% de estas personas desconoce), alrededor del 12% es diabética, el 27% fuma, el 40% está expuesta al humo de otros (fumadores pasivos), el 35,4% tiene sobrepeso (el 18% tiene obesidad), y el 54,9% no realiza actividad física útil para su salud.

A todo esto debe añadirse que solo el 5% de la población tiene una alimentación con alto contenido de frutas y verduras, en niveles que previenen las enfermedades vasculares.

El ACV puede ser isquémico (cuando una arteria se ocluye, abarca un 80% de los casos), o hemorrágico (cuando una arteria se rompe, 20% de los casos).

El manejo integral del ACV comienza con la promoción de la salud a partir de hábitos sanos, a fin de mejorar la calidad de vida y prevenir factores de riesgo.

¿Cómo puede alguien darse cuenta de que tiene un ACV?:

Hay una regla simple, la de las «5 C».

-Cefalea: es decir, cuando se tiene un dolor de cabeza que no se tuvo antes.

-Ceguera: perdida de la visión de un ojo.

-Confusiones: cuando se cometen equivocaciones reiteradas.

-Cerebro izquierdo (mal funcionamiento): dificultad en el habla, pérdida de fuerza en el cuerpo, generalmente en la mitad derecha.

-Caída: pérdida del equilibrio y caídas.

Estar atentos a estos síntomas es importante porque tiempo perdido equivale a cerebro perdido.

El ACV se puede prevenir:

Los expertos de la Fundación Favaloro aseguran que el 80% de los casos podrían evitarse. Para eso, sugieren adoptar varias conductas saludables:

  1. Conocé tu presión arterial.
  2. Averiguá si padecés arritmias (como la fibrilación auricular).
  3. Si fumás, dejá de hacerlo.
  4. Conocé si tu colesterol es normal.
  5. Si sos diabética, seguí las indicaciones de tu médico para controlar la enfermedad.
  6. Hacé ejercicio regularmente.
  7. Consumí alimentos bajos en sodio y grasas.