El juez Javier López Biscayart procesó con prisión preventiva al sindicalista detenido por el hallazgo de 87,5 kilos de cocaína en un avión la empresa KLM Cargo, al considerarlo partícipe necesario del intento de contrabando de la droga secuestrada el 14 de enero pasado en el aeropuerto internacional de Ezeiza..

Se trata de Jorge Álvarez, que hasta ayer se desempeñaba como secretario de Acción Gremial de la Asociación Personal Técnico Aeronáutico (APTA).

Fuentes judiciales informaron que el juez López Biscayart también fijó un embargo sobre los bienes de Álvarez hasta cubrir la suma de $200 millones. La droga fue descubierta en la bodega de un vuelo de carga de KLM operado por la empresa Martinair Holland, que tenía como destino la ciudad de Amsterdam, con una escala en Ecuador.

Ayer, en un comunicado de prensa, APTA informó que por unanimidad su comisión directiva había decidido suspender a Álvarez, de 55 años, por tiempo indeterminado. Según fuentes aeronáuticas, Álvarez era empleado de la aerolínea Andes.

Según la investigación judicial, de la que participa el fiscal en lo penal económico Emilio Guerberoff, el sindicalista está acusado de haber facilitado una oficina de la empresa Andes para que su sobrino, Adrián Álvarez (ya detenido y procesado) guardara las tres cajas de cartón donde estaba oculta la cocaína durante 48 horas, hasta que fueron estibadas en el avión de KLM.

En su declaración indagatoria, el sindicalista sostuvo que su sobrino le había solicitado en una reunión familiar que le facilitara el acceso al módulo [la oficina de Andes] para desempeñar allí los trabajos que realizaba para una empresa distinta de la que él se desempeñaba. Para el magistrado, la defensa intentada por Jorge Álvarez no resulta verosímil.

Álvarez fue detenido anteayer a pocos metros de su casa, en Tortuguitas, partido de Malvinas Argentinas. Ahora se convirtió en el tercer imputado con prisión preventiva del caso. Además de su sobrino Adrián, el otro acusado es Víctor Gil, también empleado de Martinair Holland.

«Se estima que la verdadera razón por la cual Jorge Álvarez le franqueó a su sobrino [el acceso] al interior del módulo de Andes fue para ocultar la sustancia que habría de exportarse, y esto debía de ser conocido por ambos», sostuvo el juez López Biscayart.