Se trata del último gran foco de venta ilegal ubicado en el perímetro de la avenida Rivadavia, Carhúe, Ventura Bosch y colectora de la avenida General Paz, instalados en un total de 38 cuadras, lo que equivale a unos 3300 metros lineales de puestos.

La investigación comenzó hace tiempo por denuncias de vecinos y comerciantes de la zona, quienes vienen reclamando para recuperar espacios públicos que son de todos los porteños, ya que hay presentaciones por bloqueo de veredas, corte de paso a los peatones, competencia desleal a comercios y venta de productos ilegales.

Tras la investigación que derivó en el desalojo de la justicia, el ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad determinó que había 475 manteros, de los cuales 239 son puestos de comida y 236 vendedores de calle.

Además, se estableció que en los puestos, manejados por senegaleses (un 44 %), bolivianos (39 %), peruanos (9 %), argentinos (5 %) y paraguayos (1 %), se vendía bijouterie (47 %), frutas y verduras (38 %), comida elaborada (13 %) e indumentaria (2 %), indicaron las fuentes oficiales.

«Estos locales, tenían contratos apócrifos de la empresa estatal Playas Ferroviarias de Buenos Aires que usurpaba el espacio público, cercano a la estación de tren de Liniers», dijo el Gobierno porteño.

Debido al importante operativo con gran presencia de efectivos policiales, la mayoría de las líneas de colectivos que pasan por la zona tuvieron que desviar sus recorridos, explicaron los informantes.

«Queremos trabajar, queremos trabajar», cantaban los puesteros pasadas las 10:00 de la mañana en la Avenida Rivadavia y Montiel, con carteles que rezaban: «Somos familias, no somos una mafia, estamos trabajando».

El operativo fue ordenado por el Fiscal General Adjunto, a cargo de la Fiscalía General, Luis Cevasco.

Además, la fiscal Celsa Ramírez, a cargo de la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas N 21 se encuentra investigando la venta ilegal en el barrio de Liniers.

La fiscal ordenó a la División Contravenciones y Faltas de la Policía de la Ciudad la clausura de más de un centenar de puestos que conformaban «saladitas» en el perímetro y los alrededores de la estación Liniers, del Ferrocarril Sarmiento.

También dispuso el allanamiento y clausura de 10 depósitos donde se guardaba mercadería destinada a la venta ilegal, que funcionaban tanto en habitaciones de hotel como en casas alquiladas en zona residencial.

Allí se clausuraron 7 talleres clandestinos y se incautaron más de 800 bultos de mercadería, que contenían indumentaria, artículos de marroquinería, accesorios de celulares y celulares de dudosa procedencia.

En diciembre pasado, Ramírez realizó un acuerdo que permitió recuperar 800 metros de veredas que se encontraban usurpadas por locales que comercializaban mercadería de dudosa procedencia.