El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli, encabezó el tradicional Via Crucis, que con la presencia de miles de fieles se realizó a lo largo de la Avenida de Mayo, entre la avenida 9 de julio y la Catedral Metropolitana.
En la misa, Poli cargó una cruz y llamó a «trabajar por una cultura de vida». «Los cristianos celebramos una Pascua de la vida y del amor, y siempre habrá un motivo para vivir y amar«, subrayó en su mensaje pascual. El religioso expresó su deseo de que los cristianos renueven la fe en Dios «que siempre escucha y ama» y dijo que, «la resurrección de Jesús es la noticia más esperanzadora de la humanidad».
Durante las cinco cuadras del trayecto los fieles llevaron entre varios en andas una cruz penitencial de 15 metros de largo, y un peso de 130 kilos, en tanto que a los costados de la avenida se apostaron miles de personas, algunas de las cuales llevaban pañuelos celestes y carteles contrarios al aborto y «en favor de las dos vidas».
En la cabeza de la procesión los fieles también llevaron en andas imágenes del Cristo del Buen Amor y de la Virgen Dolorosa, realizada en 1870. Hubo además una cruz penitencial para niños y otra para jóvenes con luces. La recreación de la vía dolorosa de Jesucristo, se inicio cerca de las 20 en la intersección de la avenida de Mayo y la calle Bernardo de Irigoyen, y desde allí a la Catedral se realizaron las 13 estaciones, que fueron fueron rezadas a lo largo de la Avenida de Mayo y la última se rezó en el estrado ubicado a un costado de la catedral metropolitana.