Las bebidas azucaradas están en el punto de mira: se las relaciona con el aumento de peso, con el alzheimer, con la circulación e incluso con la modificación del cerebro de los adolescentes. Pero los refrescos, los zumos azucarados y las bebidas energéticas se relacionan ahora, según un nuevo estudio publicado en Circulation, con un mayor riesgo de muerte prematura, especialmente en mujeres.
El estudio, liderado por la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, recogió datos de más de 80.000 mujeres y 37.000 hombres de diversos estudios poblacionales a largo plazo (entre la década de los 80 y 2014). En ambos casos, los participantes respondieron a cuestionarios de salud y estilo de vida cada dos años en ese período.
Tras ajustar los datos a la dieta y otros hábitos de salud, los científicos establecieron la relación entre el consumo de bebidas azucaradas y el riesgo de muerte prematura. Comparando el consumo de menos de una de estas bebidas al mes con el consumo de entre una y cuatro bebidas, el riesgo aumentó un 1%. Si la ingesta era entre dos y seis a la semana, el riesgo se incrementaba un 6%. Con entre una y dos al día, un 14% más y con dos o más al día, un 20% más. El riesgo era mayor en mujeres que en hombres.
En relación con las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares, comparado con los que bebían apenas de estas bebidas, los que bebían dos o más al día el riesgo fue de un 31% mayor. Cada bebida adicional diaria aumentaba un 10% el riesgo de muerte por esta causa.
En cuanto a las bebidas edulcoradas, los investigadores vieron que sustituir con ellas las bebidas azucaradas reducía el riesgo de muerte prematura. Aunque también relacionaron un elevado consumo de éstas (al menos cuatro al día), con un ligero incremento del riesgo de muerte prematura en mujeres.
Compañías como Coca-Cola, responsable de un importante porcentaje de la venta de este tipo de bebidas a nivel mundial, lleva años buscando extender su oferta de alternativos a las bebidas azucaradas y hace pocas semanas comunicaban que las bebidas sin azúcar constituyen ya más de la mitad de sus ventas en España, en concreto el 52%. Parte de la búsqueda de esas alternativas la realizan en Bruselas (Bélgica), a donde se desplazó El Independiente para ver cómo trabajan en su laboratorio europeo de I+D.
“Nuestros resultados apoyan la tesis de limitar el consumo de bebidas azucaradas y sustituirlas por otras, preferiblemente agua, para mejorar la salud en general y la longevidad”, asegura Vasanti Malik, científico del Departamento de Nutrición de la escuela de Harvard y director del estudio.
Otros estudios han mostrado como las bebidas azucaradas -gaseosas o no, refrescos, bebidas de frutas, bebidas energéticas o para deportistas- son la mayor fuente de azúcar añadido en la dieta de los estadounidenses. Aunque en los últimos años ha ido disminuyendo el consumo, últimos datos arrojan que estas bebidas aportan más azúcar añadido por sí solas que el recomendado en la dieta diaria, que dice que no deben sobrepasar estos azúcares el 10% de las calorías diarias. Una tendencia que se mantiene en general en los países desarrollados, según los autores del estudio.
EP.