No es una novedad. La inflación «seguirá elevada en todo 2019, y cederá a medida que los efectos de la crisis cambiaria de 2018 se diluya», según un análisis de Ecolatina, que advierte, además, que «uno de sus efectos adversos es la incertidumbre que genera en el curso futuro de los precios relativos».

Según la consultora la suba precios «acumularía alrededor de 16,5% en el primer semestre, según el REM que publica el Banco Central, y rondaría 14% en la segunda mitad del año. De esta forma, totalizaría 32% en el año, marcando una desaceleración respecto a 2018 (casi 48%)».

Sobre el aumento de la inflación, explicó que obedece a una «demanda que permanece deprimida y contratos que continuan cerrados -sin posibilidad de actualizarse de manera inmediata-, el traslado a precios de los saltos del dólar de 2018 es progresivo«. Otro dato que observó es que «el primer bimestre se cerraron ciertas actualizaciones de paritarias, por cláusulas gatillo y recomposición de las negociaciones del 2018; y a esto se sumó el ajuste de tarifas de Servicios Públicos y el aumento cercano al 40% en el precio mayorista de la carne, con un efecto tanto en su precio minorista como en los de bienes sustitutos (pollo, cerdo, etc.)».

Según la consultora, todavía no está terminado el traspaso a precios
de la crisis cambiaria de 2018, con lo cual seguirían los aumentos, más
aún teniendo en cuenta la suba del dolar de los últimos días. 

Ecolatina destacó en su reporte que «uno de los efectos más adversos de la inflación es que genera incertidumbre sobre el futuro de los precios relativos, minando a la inversión ya que no se sabe qué bienes y servicios serán los más rentables en el futuro». En ese contexto la consultora elaboró una canasta de productos comercializados en supermercados mayoristas y minorista que incluye alimentos, bebidas, productos de limpieza y higiene personal para seguir la evolución de los precios.

El resultado indicó que los precios en los supermercados «aumentaron por encima de los mayoristas hasta mediados del año pasado», pero desde junio del 2018, «motivado por los sucesivos saltos cambiarios, los segundos (mayoristas) elevaron significativamente su ritmo de aumentos; mientras que los supermercados, producto de la caída de las ventas, no pudieron trasladar estos incrementos con tanta facilidad al consumidor minorista».