En una jornada histórica, el Concejo Deliberante de Hurlingham aprobó la incorporación al Sistema de Salud Pública del Municipio los derivados a base de Cannabis para uso científico, medicinal y/o terapéutico.

Además creó un Consejo Consultivo para, entre otras finalidades, promover el desarrollo de investigaciones médicas y científicas. Martín Rodríguez, presidente del cuerpo legislativo local afirmó: “Tenemos el orgullo de haber sancionado una ordenanza de vanguardia”.

“Esto es simple: el año pasado yo tendría que haber enterrado a mi hijo. Su perspectiva de vida era de dos años y consumía siete fármacos por día. Pero un médico del sistema público de salud me invitó a que pruebe con el aceite de Cannabis. Eso nos cambió la vida”, contó Casandra Collazo, presidenta de la ONG Annanda Cultiva de Hurlingham y una de las principales promotoras de una ordenanza de vanguardia no sólo en la región oeste sino en todo el país.

Su frase, desprendida de un diálogo telefónico con Primer Plano Online, sintetiza el valor simbólico que tiene la iniciativa que aprobó el Concejo Deliberante de ese distrito: la posibilidad de promover el cultivo comunitario del aceite de cannabis para los vecinos que lo requieran para tratamientos de salud.

En rigor, la norma votada por los concejales de todos los bloques crea el Consejo Consultivo del Cannabis Medicinal a nivel local, que estará conformado por usuarios y familiares de usuarios profesionales referentes de la temática, miembros de los departamentos Ejecutivo y Legislativo, universidades y ONGs. Su misión, según establece el texto, será “velar por la transparencia de las acciones emprendidas y garantizar el cumplimiento de los derechos de la población en los términos de acceso a la salud”.

¿Cómo se traduce? Con supervisión del Conicet, el Municipio de Hurlingham deberá disponer de un espacio físico para el cultivo comunitario de la planta de la que se desprende el aceite de cannabis medicinal, utilizado en la actualidad en el tratamiento de múltiples patologías.

En concreto, según el caso que especificó Casandra, su hijo de ocho años padece una neurofibromatosis tipo 1, que es una enfermedad hereditaria producida por la alteración en uno de sus genes que hace que el sistema nervioso dispare tumores. Es una patología similar a la producida por la Fibrosis Quística. El nene sufre, también, de epilepsia refractaria. Llegó a consumir siete fármacos por día para su cuadro hasta que, con tres gotitas a la mañana, otras tres a la tarde y tres más a la noche del aceite de Cannabis su vida dio un vuelco extraordinario. Como cuenta su mamá al inicio del texto.

“La enfermedad se la detectaron a los dos años. Fui siete neurólogos, pero él seguía mal, agresivo, no hablaba y se autolesionaba, hasta que Carlos Magdalena, un médico del Hospital de Hurlingham, me dijo que probara con el aceite de Cannabis, porque el THC hace que las células cancerígenas se suiciden”, recuerda Casandra.

“En 2016, cuando las perspectivas no eran nada buenas porque había desarrollado un tumor en la cabeza, que le provocaba mucho dolor y lo hacía llorar. Teníamos ya la derivación para ir a neurocirugía del Hospital Posadas, pero antes el médico ordenó una resonancia, en la que salió que el cerebro de mi hijo estaba normal, acorde a la edad. Eso fue después de unos meses de tratamiento con el aceite”, se emociona la mamá. Parece una historia traída de una novela de ficción, pero es completamente verídico.

Ahora, el hijo de Casandra está escolarizado en segundo año de la Escuela Nº 13 de Hurlingham con su acompañante terapéutica. Y trata de hacer una vida lo más normal posible: es que gracias a la planta ya no convulsiona ni toma medicación. “Todo gracias a la planta”, se emociona la mujer. El doctor Magdalena, quien le recomendó el tratamiento, fue uno de los defensores de la ordenanza que votó el Concejo Deliberante. Y estuvo en la sesión acompañando a padres y pacientes en la votación.

Ahora, con la ordenanza ya votada, viene la etapa de reglamentación e implementación en el distrito. Hay otros dos Municipios que tienen normativas similares (San Vicente y General Lamadrid), pero la votada en Hurlingham es la más completa. Para llegar a este momento, desde el colectivo Annanda Cultiva pasaron por más de 20 reuniones con concejales y el Ejecutivo, pero superaron todos los obstáculos y consiguieron algo que ellos mismos definen como “histórico”.

Después vendrá la puesta en ejecución de un espacio acorde para el cultivo, con la respectiva supervisión de las autoridades. Y el tiempo, para que la flor madure que nunca es menos de un proceso que dura entre siete y ocho meses, y posteriormente convertirla en el aceite. Con viento a favor, a esta altura de 2020 los vecinos que tengan recomendación médica de utilizar el Aceite Cannabis podrán acceder al producto elaborado en el distrito. Cuidado por padres y madres, por pacientes y por las especialistas.

Fuente: Primer Plano online.