El Gobierno volvió a frenar los aumentos en las tarifas de luz y gas previstos para julio en hogares, comercios e industrias, y minimizó el incremento en los valores de los combustibles, en busca de evitar otro salto inflacionario.

El ministro de Economía, Luis Caputo, definió que aplicará un incremento de impuestos a los combustibles que equivale a un impacto de 1% en la nafta y el gasoil, que será efectivo a partir del lunes 1 de julio.

Ambas medidas buscan consolidar un proceso de baja de la inflación, que se habría interrumpido en junio después de 5 meses (enero-mayo) precisamente por los ajustes de tarifas que tuvieron como objetivo bajar el gasto público en subsidios.

Por el lado de la luz y el gas, las empresas afectadas por la medida son Transener, Transba, Transpa, Edenor, Edesur, Transportadora de Gas del Sur (TGS), Transportadora de Gas del Norte (TGN), Metrogas, Naturgy, Camuzzi y Ecogas, entre otras. “Vamos a tener que reducir violentamente nuestro plan de inversiones”, anticipó el ejecutivo de una firma.

Entre febrero y abril, el Gobierno había firmado acuerdos con las compañías para que desistieran de reclamos judiciales y administrativos a cambio de aumentar las tarifas y mantener una fórmula de indexación mensual en base a la evolución pasada de la inflación, los salarios y el costo de la construcción. La primera vez que se tuvo que aplicar esa fórmula, en mayo, se postergó hasta junio.

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Pero para junio Caputo le había ordenado al secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, cancelar ese mecanismo y empezar desde julio con una fórmula que incorpore la inflación futura proyectada para actualizar los ingresos de las empresas. Eso es lo que esta vez se vuelve a patear.

Con todo, las empresas eléctricas tendrán a fines del mes próximo un atraso en sus tarifas cercano al 50% -la inflación acumulada desde febrero- y las de gas, de un 25%. Con estos ingresos no percibidos se podría retrasar parte del plan de inversiones.

La promesa del Gobierno para el sector privado es que antes de fin de año convocará a la Revisión Quinquenal Tarifaria (RQT), con la que se definirá un plan de inversiones a 5 años a cambio de garantías y certezas con las tarifas. Los atrasos de este año se compensarán hacia adelante con mayores aumentos que pagarán los usuarios durante 60 meses.

Por otro lado, los combustibles (nafta y gasoil) sí tendrán una suba la semana que viene, que incorporará la devaluación mensual del peso frente al dólar (2%) y el alza de impuestos (1 punto más), por lo que la nafta se irá hasta al menos $ 930 o $ 935 por litro en la Ciudad de Buenos Aires.

La actualización restante de los impuestos a los combustibles supera los $ 100 por litro de nafta y los $ 80 en el gasoil, y se aplicará a lo largo del segundo semestre, desde agosto, posiblemente en cuotas.

Con esos impuestos, el Gobierno busca recuperar recaudación tributaria por un total de 0,5% sobre el Producto Interno Bruto (PIB) en todo el año, o el equivalente a 3.000 millones de dólares, el 10% del ajuste fiscal que se propuso Javier Milei.