El movimiento de productores agropecuarios «autoconvocados» planteó ayer en una multitudinaria concentración que el campo enfrenta una situación delicada como consecuencia de la presión impositiva, el atraso cambiario, el incremento de las tarifas y el peso de un Estado asfixiante y que se requiere que todo el sistema político se concientice de que el interior está perdiendo fuentes de trabajo y empresas.

La parte oratoria en la esperada concentración que se realizó ayer en el amplio predio de la Asociación Rural de Durazno empezó con una hora de atraso respecto a lo previsto porque los organizadores quisieron esperar a la gente que venía desde el sur y el norte por la trancada ruta 5.

Quien primero intervino fue Federico Holzman, el productor de Paysandú que, en cierta medida, generó el chispazo a comienzos de mes al convocar a una reunión de productores sanduceros en la que se generó la idea de la concentración de ayer. Nervioso, dijo que los productores estaban «cansados de que nos ignoren». «Esto es de ustedes», gritó. Como luego lo harían otros oradores, Holzman enfatizó en la idea de «un solo Uruguay», «sin divisiones» haciendo hincapié en que el agro no es el único sector en dificultades, pero que de su suerte depende la de toda la economía.

El ingeniero agrónomo Eduardo Blasina había sido contactado por Marcelo Nougué, otro de los organizadores, para que hablara de la importancia de las cadenas agroindustriales y no recibió ninguna indicación sobre el contenido de su exposición. De hecho, los organizadores no sabían qué iba a decir, contó Nougué a El País. Blasina habló de las «mochilas» que debe cargar el sector productivo uruguayo y consideró como la principal un dólar barato que «desvaloriza el esfuerzo uruguayo» y si bien no quiso aventurar un valor ideal de la moneda estadounidense recordó que el Fondo Monetario Internacional considera está 14% por debajo de lo que debe estar. Con una inflación todavía alta y un dólar bajo, los costos se incrementan y los productores reciben un «doble daño» explicó. A esto se suma que los cambios de la matriz energética, si bien bienvenidos, no han llegado a los consumidores y el gasoil es más caro que en Argentina y Brasil.

Blasina pidió «terminar con el mito de que el agro no paga impuestos» y recordó que han crecido los denominados tributos «ciegos» que no toman en cuenta la renta obtenida con la tierra en un momento en que se espera un virtual estancamiento en el agro. Estos comentarios llevaron a que se escucharan gritos de «ladrones» de los manifestantes. Otro punto que señaló fue el mal estado de las rutas.

También atacó el argumento de que la tierra no se está desvalorizando porque, aseguró, que ya está bajando su precio y si no cae más es porque se mantiene la demanda de arrendamientos para forestación. También pidió, en un pasaje muy aplaudido, que se busquen acuerdos comerciales porque los exportadores pagan US$ 200 millones anuales de aranceles para ingresar sus productos en otros países. «Lo único que pedimos son condiciones para producir», planteó. También pidió dejar atrás la «mochila de los prejuicios» que lleva a que haya quienes hablan «de cajetillas que van en tal o cual vehículo; eso no es bueno, todos tenemos que aceptar más a todos, los productores rurales son tan uruguayos como todos los demás». E insistió: «lo único que se pide es condiciones para hacer lo que cada uno sabe hacer». Detalló luego que ha caído la producción de trigo (25%), cebada (38%), arroz (12%), maíz (21%), soja (14%) y sorgo (10%). Blasina se preocupó de destacar aspectos rescatables de la actual política agropecuaria como los planes de manejo y conservación del suelo y la trazabilidad obligatoria y consideró una «gran pérdida» el alejamiento del exministro de Ganadería, Tabaré Aguerre.

Luego habló el veterano comunicador Walter «Serrano» Abella, que había llegado de Melo y cuyo nombre se había barajado para leer la proclama. Vehemente, bajo una lluvia por momentos intensa, Abella habló de la necesidad de que se valorice el esfuerzo del campo y de que se combata la corrupción provenga de donde provenga y criticó que se hable de los productores como «de riñón cubierto». «A ustedes los tratan de oligarcas. Estamos enfermos de hipocresía, cinismo, envueltos en una enfermedad que se llama demagogia, que indigna. Alguien tiene que desafiar esto y ese alguien hoy somos todos nosotros, dispuestos a pagar el precio que haya que pagar. (…) Debemos indignarnos y dar muestras de indignación ante cualquier acto de corrupción y severamente reclamar la condena, venga de donde venga y si es de nuestra colectividad política, de nuestro gremio, con más razón, con mayor fuerza», exigió.

El reclamo llegó a Montevideo 

Varias personas se movilizaron ayer en la tarde en el Monumento al Gaucho en 18 de Julio y Barrios Amorín en Montevideo, acompañando el reclamo de los productores agropecuarios que se desarrollaba en el departamento de Durazno.

Jorge Azar, vocero del grupo autodenominado como una «conjunción patriótica interpartidaria», dijo a El País que se reclama la rebaja de tarifas, de combustibles y el «respeto por el valor de los impuestos». Además piden mayor control en el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) así como la eliminación del Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS). Los convocados leyeron una proclama en la tarde que duró tan solo 30 minutos.

 

Fuente: El País de Uruguay.