Luego de los casos de las víctimas chilenas, otro golpe sacudió al entorno del Papa Francisco: el titular de la Secretaría de Economía del Vaticano, el cardenal australiano George Pell, de 76 años, será juzgado en los próximos días en su país de origen, acusado de cometer al menos dos abusos sexuales en la década del 70, cuando el ex arzobispo de Melbourne era sacerdote en la ciudad de Ballart.

Los denunciantes son dos hombres que en 2005 revelaron haber sido víctimas, cuando eran niños, por parte del religioso, quien es miembro del consejo de nueve cardenales que asesora al papa Francisco en la reforma de la Curiaromana.

Los hechos se habrían dado en la década del 70 
y fueron denunciados por dos hombres en 2005.
El sacerdote está «licenciado» del Vaticano. 

Pell se declaró ayer “no culpable”. En tanto, la Santa Sede expresó en un comunicado que “toma nota de la decisión” de la jueza Belinda Wallington e indicó que “se mantiene todavía válida” la decisión que Francisco había adoptado el año pasado de otorgarle a Pell un “período de excedencia” para defenderse en los tribunales de su país.

Pell fue designado por el Papa Francisco en 2014 al frente del organismo encargado de “sanear” las cuentas de la Santa Sede y desde mediados del año pasado se encuentra en Austalia enfrentando las acusaciones.

Pell, el funcionario vaticano de cargo más alto investigado por casos de corrupción de menores, ya había sido acusado de abusos sexuales cuando era arzobispo de Sidney, en 2002, aunque después fue exculpado.