Un hombre que prestaba servicios desde hacía nueve años como médico legista de la Policía de Tucumán fue separado del cargo y sometido a una causa penal tras descubrirse que utilizaba la matrícula de un profesional fallecido, informaron ayer voceros del área de Seguridad provincial.
El ministro de Seguridad de Tucumán, Claudio Maley, informó que una consulta a la Universidad Nacional de Tucumán sirvió para comprobar que no se registran certificados analíticos emitidos a nombre del acusado Gustavo Figueroa.
La irregularidad fue descubierta en el Ministerio de Salud, cuya titular, Rossana Chahla, puso en alerta al responsable del área que controla a la Policía provincial, quien comprobó la veracidad de la denuncia realizada por personas cercanas al acusado.
En la Dirección de Fiscalización del Sistema Provincial de Salud (Sirposa) se comprobó que Figueroa fraguó toda la documentación con la que logró ingresar a la fuerza policial utilizando la matrícula de un médico fallecido, agregaron las fuentes.
«Luego de formular la denuncia en el Ministerio Público Fiscal se lo pasó a disponibilidad y ahora está bajo situación procesal de la Justicia«, expresó el ministro. Por el momento, el acusado sigue en libertad mientras avanza el proceso al que es sometido.
Gustavo Figueroa trabajaba como médico forense desde 2010 en la Unidad Regional Sur, ya que es oriundo de esa zona y radicado en Concepción. El hombre trabajaba con la matrícula de una profesional fallecida. Además, se desempeñaba como profesor en la Universidad Tecnológica Nacional.
Lo sorprendente del caso, más allá de la gravedad inusitada del mismo, es que tuvo que pasar casi una década para que la misma fuerza policial, quienes se supone deben investigar y estar al tanto de los ilícitos, descubriera al falso médico legista.