El presidente estadounidense Donald Trump y el presidente chino Xi Jinping acordaron este sábado una tregua por noventa días en su guerra comercial, para abrir negociaciones en vista a un acuerdo duradero entre las dos superpotencias globales.

La tregua entre Estados Unidos y China se forjó en una cena muy esperada el sábado entre Trump y Xi en el Palacio Duhau, al final de la cumbre del Grupo de los 20 en Buenos Aires. Como parte del entendimiento alcanzado entre los dos líderes,  no se impondrán tarifas adicionales después del 1 de enero, informó la televisión estatal china a las 23.30 hora argentina.

La Casa Blanca, por su parte, emitió un comunicado que precisa que «accedió a suspender durante 90 días su plan de subir del 10 al 25% los aranceles estadounidenses a productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares, mientras negocia con Pekín «cambios estructurales» a su política económica.

Xi Jinping se comprometió a aumentar «sustancialmente» sus compras de «productos agrícolas, energéticos, industriales y de otro tipo», informó la Casa Blanca.

La cena duró aproximadamente dos horas y media, el doble de lo esperado, y fue coronada con aplausos, un buen presagio. Así lo revelaron algunos presentes a periodistas estadounidenses apostados en el lugar. Ambos bandos parecían satisfechos al final de la reunión.

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En el Palacio

Los líderes de las dos mayores economías del mundo cenaron en el Salón Cristal del Palacio Duhau, en el hotel Park Hyatt donde se alojó Trump.

«Las relaciones con Xi Jinping son excelentes y traeremos a casa algo importante para China y Estados Unidos», afirmó Trump antes de iniciar su cita.

En la misma dirección se manifestó el mandatario chino. Xi, sentado frente a Trump y flanqueado por una decena de sus asesores en una larga mesa rectangular, destacó su «amistad personal» con el presidente estadounidense y le pidió colaborar con él para garantizar la salud de la economía global.

«Solo con cooperación entre nosotros podemos impulsar el interés de la paz mundial y la prosperidad», aseguró Xi en sus breves declaraciones.

La economía global espera una distensión en la guerra arancelaria desatada por Trump para equilibrar la balanza comercial, un esquema proteccionista que llevó a Pekín en la misma dirección y quebró el multilateralismo y libre comercio.

Entre las demandas clave de los Estados Unidos se encuentra, además, cesar lo que la administración llama robo generalizado de propiedad intelectual y transferencia forzada de tecnología por parte de China.