En el momento del parto, cuando hay una falta de oxígeno en el cerebro inmediatamente antes o durante el nacimiento, se produce lo que se llama depresión neonatal o asfixia perinatal.
La consecuencia de esta situación puede desembocar en una enfermedad crónica invalidante conocida como parálisis cerebral. Si bien este escenario es poco frecuente y muchas veces es causado por imponderables como la tan temida “vuelta de cordón”, el tratamiento recomendado hoy en día en neonatología es la hipotermia controlada.
La Fundación Delfina Baratelli desde 2008 trabaja para prevenir y mejorar la realidad de niños con patologías derivadas de esta condición (Encefalopatías Crónicas no Evolutivas, ECNE). Lo diferencial a partir del caso de Delfina es la investigación de la aplicación de células madre, que se inició en colaboración con la Universidad de Duke, liderada por la Dra. Joanne Kurtzberg, pionera del área, y la Maternidad Sardá. A raíz de esto, se inició un protocolo único en América Latina para tratar con células madre a niños con este diagnóstico.
“La ventaja de las células madre es que tienen capacidad antiinflamatoria e inmuno-moduladoras. Además, por su plasticidad celular, tienen la capacidad de adaptarse al tejido dañado y generar nuevas células. Entonces no solamente reducen la inflamación causada por la falta de oxígeno, sino que también se amoldan al tejido y ayudan a regenerar lo que está dañado”, explica Diego Fernández Sasso, pediatra hematólogo MN 82733 y Presidente de ABC Cordón.
El protocolo ENCEL, único en América Latina, utiliza hipotermia controlada y células madre recolectadas del cordón umbilical a recién nacidos con un diagnóstico de depresión neonatal o asfixia perinatal aguda. “El bebé, cuando nace, tiene una gran cantidad de sus células madre circulando por su cuerpo y al nacer, una gran cantidad quedan en la sangre del cordón umbilical. Estas células se recolectan (sin riesgo para la mamá ni para su bebé) y se manipulan bajo ciertos estándares para realizar la infusión y comenzar el tratamiento”, explica Fernández Sasso.
La medicina regenerativa es una herramienta que se expande con cada vez más fuerza y con ensayos de eficacia probada. El uso de células madre en enfermedades neurológicas crece gracias a los avances y la colaboración internacional, como sucedió entre Argentina y Estados Unidos.