La relación entre el Gobierno y la CGT tomó temperatura ambiente esta mañana con la decisión de la central obrera de no asistir al encuentro que estaba programado con el Gobierno, mientras que esta tarde anunciaría la realización de un paro general.
El encuentro se había acordado el jueves de la semana pasada, cuando el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne y el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, recibieron a la conducción de la CGT para evitar que llamaran a una huelga.
Aquella reunión reabrió la negociación entre el Gobierno y la central para recomponer salarios por la inflación y avanzar con un pacto antidespidos, en base a un acuerdo de cinco puntos: una recomposición salarial de hasta 5% para aquellos sectores que firmaron paritarias en 15%; eximición del impuesto a las ganancias del medio aguinaldo; cese de despidos en la administración pública y un acuerdo similar en el sector privado hasta fin de año; exclusión del capítulo de la reforma laboral que prevé modificar los cálculos en las indemnizaciones y agilización del reparto de los fondos de las obras sociales.
Pero según trascendió, la cita de hoy con el ministro de Trabajo Jorge Triaca se habría suspendido porque no hubo acuerdo en dos de esos cinco puntos: la exención de Ganancias del medio aguinaldo y el pacto antidespidos.
En este clima, el consejo directivo de la CGT se reunirá esta tarde para decidir si convoca el paro. Fuentes gremiales coinciden en que la huelga «es inevitable» y que se concretaría la semana próxima o dentro de dos semanas a más tardar.