Ayer empezó a cobrar fuerza en el Senado la opción de admitir modificaciones al texto de la Ley de Intrerrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) como la única forma de vencer al rechazo, que lleva una leve ventaja en la cámara alta.
Los celestes suman por ahora 30 votos contra 27 verdes. Pero los verdes crecen a 32 si se suman los cinco senadores que apoyan la legalización con cambios al proyecto.
Los reformistas son los tres cordobeses, Ernesto Martínez y Laura Rodríguez Machado, de Cambiemos, y Carlos Caserio, del PJ, a quienes se suman el chaqueño Eduardo Agular, también del PJ, y el neuquino Guillermo Pereyra, del MPN.
La definición, sin embargo, estará en los ocho senadores que aún no han fijado postura: el radical pampeano Juan Carlos Marino; el justicialista tucumano José Alperovich; los justicialistas santafesinos Omar Perotti y Carlos Reutemann; el justicialista salteño Juan Carlos Romero; el radical chaqueño Ángel Rozas; la radical santacruceña María Belén Tapia, y la justicialista catamarqueña Inés Blas.
De los ocho indefinidos, los verdes deberán juntar cuatro votos más para sacar la ley, porque si la votación termina empatada en 35 votos definirá la vicepresidenta, Gabriela Michetti, una ferviente antiabortista.
Negociaciones
“Queremos que salga la ley y no perder todos los avances conseguidos. Hay que negociar modificaciones, y también con los diputados”, dijo una senadora verde.
Los antiabortistas tampoco la tienen fácil: para voltear la ley deben lograr el rechazo llano. De lo contrario, todo lo que se apruebe deberá deberá volver a Diputados, lo que significa que sí habrá ley: una vez que el Senado devuelve con cambios un proyecto, la otra cámara sólo puede convalidarlo o insistir en la redacción original.