Un informe de la Defensoría del Pueblo bonaerense dio cuenta de la mala alimentación y el poco deporte que existe entre los jóvenes de la provincia de Buenos Aires.
No cumplir con las cuatro comidas principales; abusar de las golosinas y no consumir verduras; realizar poca actividad deportiva. Todos estos hábitos que se repiten en la vida de muchos chicos, deben llamar la atención de las autoridades, según la Defensoría.
Así surge del último relevamiento realizado por el Observatorio de Consumos Problemáticos, a cargo del Defensor del Pueblo Adjunto de la provincia de Buenos Aires, Walter Martello.
El estudio mostró que el 71% de los adolescentes y jóvenes de hasta 25 años que fueron consultados reconoció nunca haber recibido consejos nutricionales por parte de profesionales.
De acuerdo a los datos, el 47% afirmó que se saltea el desayuno y el 30% admitió que consume golosinas y/o snacks «todos» o «casi todos» los días de la semana. A su vez, el 54% dijo que no practica ningún deporte ni realiza actividad física
El estudio de la Defensoría también arrojó que el 60% no come diariamente verduras, mientras que el 66% no consume frutas. A su vez, el 72% reconoció que le agrega sal («siempre» o «a veces») a las comidas una vez que son servidas, mientras que el 36% dijo beber diariamente gaseosas y/o jugos industriales (light o azucarados).
A su vez, el 68% admitió que consume alcohol: el 12% de los consultados (es decir, uno de cada diez aproximadamente) sostuvo que toma bebidas alcohólicas “todos los días” o “casi todos los días” de la semana.
El relevamiento del Observatorio se realizó mediante entrevistas presenciales que se llevaron a cabo entre el 1º y el 12 de octubre, en localidades del Gran Buenos Aires y La Plata, abarcando 442 casos al azar, correspondientes a adolescentes y jóvenes de hasta 25 años de edad.
“Realmente, los resultados nos hizo encender una luz de alarma. Por una parte, es evidente que la difícil situación económica influye en el hecho de que no se pueda cumplir con las cuatro comidas diarias y en la baja calidad nutricional de los alimentos que se consumen. Pero también hay importantes factores culturales que impactan de lleno y que demandan acciones urgentes desde los distintos niveles del Estado”, destacó Martello.
El responsable del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos remarcó que “desde la Defensoría venimos trabajando en una serie de iniciativas para contribuir a que el cuidado de la alimentación sea una política de Estado. En los últimos meses, hemos propuesto un nuevo sistema de rotulado de bebidas y alimentos que permita poner sellos de advertencia en la parte frontal de los paquetes o envases».
«También consideramos que se debe avanzar en una nueva política impositiva, que implique una mayor carga fiscal para aquellos alimentos de nulo o bajo valor nutricional, e incentivar la producción y comercialización de aquellos que aportan aquellos nutrientes esenciales que necesitan los niños, niñas y adolescentes para una vida sana”, agregó el Defensor Adjunto.