Además de impugnar en la justicia la designación de Wado de Pedro como miembro del Consejo de la Magistratura mediante un acuerdo sorpresivo entre las bancadas peronistas, Cambiemos encendió su clima interno en la cámara de Diputados donde, tras una reunión de interbloque, el oficialismo decidió que esta semana no habrá sesión en la Cámara baja.

El despacho del presidente de Diputados, Emilio Monzó, fue el escenario de la reunión que juntó a las quejas de los radicales Mario Negri, Miguel Bazze y Luis Borsani, con la secretaria parlamentaria, Silvia Lospennato (PRO), y el jefe del bloque del PRO, Nicolás Massot, entre otros legisladores oficialistas.

La jugada del Frente Renovador y el bloque Justicialista, que decidieron juntar sus votos con los del kirchnerismo para colocar representantes propios en el órgano judicial, encendió la mecha y exasperó los ánimos del oficialismo, especialmente de los radicales.

Defraudados ante lo que consideran una capitulación al kirchnerismo, Cambiemos quiere hacerle pagar el costo al llamado «peronismo racional», y no regalarles una vidriera para que se diferencien del Frente para la Victoria. «No se puede ir a una sesión a votar con el peronismo ´racional´ a los cinco días de que ellos jugaron con Cristina», explicaron fuentes del interbloque oficialista.

Sin embargo, el mayor reproche de la UCR está dirigido al propio Gobierno, y en particular al ministro de Interior, Rogelio Frigerio, a quien acusan de haber metido la cola para que en el Consejo de la Magistratura el oficialismo perdiera un asiento en manos de la oposición.

Así, en un duro comunicado, la UCR apuntó contra la «impericia en las filas del propio oficialismo» en la negociación de «temas de agenda institucional» como la que incumbe a la composición del Consejo de la Magistratura, cuestionamiento que disparó un fuego cruzado entre los dos partidos de la coalición gobernante.

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De esta manera, y ante el derrumbe de los puentes de contacto con la «oposición dialoguista» para acordar el temario de la sesión, la convocatoria se desplomó de manera estrepitosa.

El oficialismo intentará reflotar la sesión especial para el martes que viene, pero tampoco tiene garantizado el quórum para ese día, ya que las heridas todavía están frescas, y parece difícil que se pueda enderezar la interlocución con el PJ en un plazo tan corto.

En medio de este desbarajuste, sólo habría marco para aprobar la reforma de Bienes Personales que el senador Miguel Ángel Pichetto consiguió en el Senado a cambio del apoyo de una parte de su bloque al Presupuesto 2019.

Dicha reforma, para que las viviendas de uso familiar valuadas en menos de 18 millones de pesos no sean alcanzadas por el gravamen, consiguió este martes dictamen favorable en la comisión de Presupuesto y Hacienda.

En el tintero podrían quedar iniciativas de importancia como el proyecto de ley de alquileres, que viene debatiéndose hace meses sin encontrar un cauce de consenso.

También podría frustrarse el tratamiento de la ley de Semillas e, incluso, corre serio peligro de naufragio el proyecto del senador Omar Perotti -quien votó en contra del Presupuesto- para reducir la presión impositiva sobre mutuales y cooperativas.

Salvo un volantazo de último momento, parece lejana la chance de encarrilar en la sesión el proyecto radical para que jueces comiencen a tributar en concepto del impuesto a las Ganancias, un tema incómodo para el Gobierno, que no desea sumar un nuevo frente de conflicto con la Justicia.