Momentos difíciles vive Hugo Moyano. Su convocatoria, que generó profundas grietas en el seno de la CGT, parece que se le volvió en contra.

Ya desde el vamos, la movilización tuvo un fuerte rechazo en la sociedad debido a la fecha elegida (el 22 de febrero) ya que se superponía con el aniversario de la tragedia de Once. Ante la luvia de críticas, a Moyano no le quedó mas alternativa que correr la fecha y adelantarla un día.

Y como si eso fuera poco, a las negativas iniciales de sindicatos poderosos como el de Ferroviarios, Transporte Automotor, Sanidad (de Hector Daer), Metalúrgicos y estatales de UPCN ahora se le sumaron mas gremios, entre ellos, dos muy importantes: el de Carlos Acuña y el de Luis Barrionuevo.

Acuña, que en un principio había apoyado la marcha, ahora decidió no participar argumentando que, si bien «comparte el reclamo», «hay sectores políticos que se cuelgan del reclamo de los trabajadores». Es que al triunviro no le gustó que Moyano invitara a sectores vinculados al Kirchnerismo. Recordemos que Acuña siempre fue cercano a Sergio Massa.

Por su parte, y si bien su ausencia todavía no está del todo confirmada, la baja de Barionuevo es mas sorpresiva. El gastronómico y el camionero se habían mostrado juntos y sonrientes en el cónclave de Mar del Plata. Incluso ahí se gestó buena parte de movilización. Pero Barrionuevo prefirió priorizar sus vínculos cercanos con el Gobierno y dejar prácticamente sin apoyo sindical importante a Moyano. El miércoles, el líder de la CGT Azul y Blanca, mantendrá un encuentro con mas gremios agrupados en su central y allí se haría oficial su deserción.

La vuelta de tuerca en el plano sindical de Barrionuevo no parece disociada de la postura que exhibió hasta ahora su esposa, la diputada nacional Graciela Camaño, en contra de las negociaciones abiertas en el PJ para explorar una eventual unidad entre su sector, el Frente Renovador de Sergio Massa, el espacio de Florencio Randazzo y el de Cristina Fernández. En el Ejecutivo juran que no hubo promesa alguna al sindicalista para torcer su voluntad. Pero no descartan reanudar algún tipo de nexo en las instancias que necesariamente los pondrán en una misma mesa como la paritaria de hoteleros y gastronómicos o las negociaciones por los fondos de las obras sociales sindicales.

Así, la marcha contra Mauricio Macri tendrá como eje Camioneros y un grupo reducido de sindicatos de la CGT entre los que se cuenta la Asociación Bancaria, de Sergio Palazzo, tal vez uno de los gremios con mayor poder de fuego de los que van a participar, y los siempre leales a Moyano. Por lo demás los respaldos serán por fuera de la estructura tradicional de la central obrera: estarán las dos CTA, de Hugo Yasky y Pablo Micheli, y movimientos sociales como la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).

Gremios que no adhieren

Los sindicatos de la construcción, metalúrgicos, colectiveros, ferroviarios, empleados de comercio, empleados de estaciones de servicio, encargados de edificios, trabajadores de sanidad, entre otros.

Gremios que adhieren

El sindicato de camioneros, el gremio de Dragado y Balizamiento, que responde a Juan Carlos Schmid; la CTA de Hugo Yasky, la CTA de Pablo Micheli, docentes de la Ctera y empleados bancarios.

Partidos y movimientos

El kirchnerismo dará su apoyo a la marcha del 21. También, el Partido Obrero y los principales movimientos sociales, como la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Barrios de Pie.