El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, declaró ayer la independencia de Cataluña pero abogó por suspender durante varias semanas los efectos de esta declaración para lograr una mediación. En una comparecencia estudiada al milímetro para intentar evitar la intervención de la autonomía y contentar al mismo tiempo a las bases independentistas, Puigdemont afirmó: “Asumo el mandato del pueblo de que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república”. Justo después añadió: “Propongo que el Parlament suspenda los efectos de la declaración de independencia para que en las próximas semanas emprendamos el diálogo”. Puigdemont prolongó así la incertidumbre sobre la economía, que ya ha producido una fuga masiva de empresas.
La fórmula elegida por Puigdemont para proclamar la independencia y dejarla después en suspenso estuvo influida por las presiones extremas, tanto del sector más independentista para que no diera ni un paso atrás como del Gobierno, la comunidad internacional y los empresarios para que renunciara a su plan.
Los diputados de su alianza Juntos por el Sí y sus socios del partido anticapitalista Candidatura de Unidad Popular (CUP), lo que representa la mayoría absoluta del parlamento catalán, firmaron un documento en el que se comprometieron a suspender la declaración de independencia, como pidió Puigdemont en su discurso. Sin embargo, la iniciativa no fue votada formalmente.
El Ple del #Parlament comença amb retard perquè la presidenta convoca una reunió de la junta de portaveus
— Parlament de Catalunya (@parlamentcat) October 10, 2017
La CUP decidió apoyar al presidente catalán, pero no escondió su malestar. «Creemos que hoy tocaba proclamar solemnemente la república catalana y quizás hemos perdido una oportunidad», aseguró la diputada y jefa de la bancada Anna Gabriel al intervenir en la sesión plenaria del parlamento regional, poco después de Puigdemont y su propuesta ambigua que osciló entre defender el mandato del referéndum para declarar la independencia y pedirle al poder legislativo regional que no lo haga ahora.
“Con los resultados del (referéndum secesionista del) 1 de octubre, Cataluña se ha ganado el derecho a ser un Estado independiente”, comenzó a argumentar Puigdemont ante el Parlamento regional. “Si todo el mundo actúa con responsabilidad, el conflicto se puede resolver de manera serena. Por nosotros no quedará”, agregó.