El aumento de los impuestos sobre el alcohol es el método más rentable para reducir los daños causados por su consumo, según una investigación publicada en la revista ‘Journal of Studies on Alcohol and Drugs’.

«Los aumentos de impuestos pueden no parecer las opciones más atractivas, pero son la manera más rentable de disminuir la demanda y frenar el consumo», explica el investigador principal del estudio, Dan Chisholm, del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En el estudio, que ha recopilado datos de 16 países, entre ellos Alemania, Vietnam, Guatemala, Alemania o Japón, los investigadores de la OMS y uno de sus centros académicos colaboradores utilizaron un modelo estadístico para determinar cuál de las cinco estrategias de control del alcohol, entre ellas prohibir su publicidad o sus horas de venta, es la más rentable para reducir las muertes y los daños derivados de su consumo.

Más del 5% de las muertes
en todo el mundo y más del
4% de las enfermedades
están directamente
relacionadas con el alcohol.

Investigaciones previas han indicado que más del 5 por ciento de las muertes en todo el mundo y más del 4 por ciento de las enfermedades están directamente relacionadas con el alcohol. Así, un aumento del 50 por ciento en los impuestos especiales sobre el alcohol, añadiría 500 años de vida saludables por cada millón de personas.

Para poner ese aumento de impuestos en perspectiva, similar a los de los productos de tabaco, podría representar apenas unos céntimos por bebida. «Las tasas actuales de impuestos especiales sobre el alcohol varían considerablemente entre países, pero pueden establecerse muy bajas», señala Chisholm, quien considera esta medida «una estrategia ambiciosa pero factible».

Restringir las horas de venta de bebidas alcohólicas fuera del establecimiento o implementar y aplicar fuertes restricciones/ prohibiciones a la publicidad de bebidas alcohólicas (en Internet, radio, televisión y vallas publicitarias) también podría sumar 350 años de vida saludable por cada millón de personas.

Consecuencias sanitarias

El consumo de bebidas alcohólicas es una conducta que trae consecuencias sanitarias graves para la sociedad en su conjunto y que, entre otras medidas, ampliar la carga impositiva sobre las mismas es una medida recomendable y basada en la evidencia.