La ciudad de La Paz registró por tercer día consecutivo incidentes en la zona donde se encuentra la sede del Gobierno de Bolivia, con enfrentamientos con la policía por parte de grupos de manifestantes, en su mayoría jóvenes, que dejaron siete heridos.
Los manifestantes armaron barricadas y hogueras en el entorno de la céntrica plaza Murillo, que desde hace días permanece resguardada por un cordón policial que rodea sedes como las del Ejecutivo y el Parlamento bolivianos. En ese contexto, la Policía respondió con gases lacrimógenos al lanzamientos de piedras, otros objetivos y petardos por grupos de jóvenes que se protegían con escudos caseros elaborados con materiales como calamina, con cascos y con máscaras para contrarrestar el gas.
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Por su parte, los jóvenes, al parecer universitarios que se enfrentaron a la Policía, cuentan con apoyo de productores de hoja de coca venidos de otras partes del país.
La Defensoría del Pueblo informó sobre siete heridos, cuatro policías y tres civiles, sin precisar su estado.
Mientras tanto, la OEA continúa con el recuento de votos, un proceder vinculante avalado por el oficialismo pero rechazado por la oposición. De hecho, Morales aseguró repetidamente que si de la auditoría surge que debe haber balotaje, no tendrá problema en asumirlo.