A los 85 años murió el reconocido caricaturista Hermenegildo “Menchi” Sábat. Desde 1973 era el caricaturista por excelencia de Clarín.
Según publica ese medio, el querido dibujante había nacido en 1933 en la ciudad uruguaya de Montevideo y llegó a Buenos Aires en 1965, tras abandonar su puesto de secretario de redacción del diario El País.
En nuestro país colaboró en las recordadas revistas Primera Plana y Crisisy también en el diario La Opinión.
Conoció a reyes, guitarristas incomparables y premios Nobel. Conversó con Jorge Luis Borges, cruzó cartas con Julio Cortázar, estuvo en fiestas cerca de Truman Capote, fotografió al clarinetista Benny Goodman, dibujó al Che Guevara y recibió un premio homenaje de manos de Gabriel García Márquez.
Jorge Luis Borges.
«Durante su enorme trayectoria recibió premios internacionales destacados, como el Moors Cabot de la Universidad de Columbia, por sus dibujos durante la dictadura militar, y el de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que le entregó el mano el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. El año pasado, además, le fue otorgado el Konex de Brillante por su trayectoria», destaca Clarin en su home.
El oficio de Sábat lo entrenó en la incómoda situación de ofrecer una lectura pictórica de la realidad, aplicada al campo de la política o de la cultura. Lo cierto es que Hermenegildo, o «Menchi» como lo llamaban sus amigos y colegas, jamás titubeó a la hora de volcar su manera de ver el mundo a través del pincel.
Hace una década, la caricatura de la entonces presidenta con una cruz en la boca motivó a la propia Cristina a interpelar la intencionalidad del medio al referirse a un «mensaje cuasi mafioso» en un acto en Plaza de Mayo, y después de muchos años, Sábat reconoció su vigencia: “No me arrepiento del dibujo de Cristina. Esa semana, ella no paraba de hablar en cadena”, se defendió el dibujante.
Cristina Kirchner.
Raúl Alfonsín.
Pichuco Troilo.