Desde el primer minuto de este miércoles abrieron las puertas de la iglesia de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, para permitir el ingreso de miles de fieles que se turnan y duermen en carpas desde hace días para agradecer y pedir por pan, paz y trabajo.­

«Somos varias familias, nos conocimos hace años haciendo la cola, y desde mayo que nos turnamos y venimos dos días a la semana cada uno para guardar el lugar», explicó Raquel Fernández, de 75 años y desde hace 40 una fiel devota del santo.­

La mujer, que vive en la localidad bonaerense de Temperley, aseguró que para ella es»un ritual» participar de la vigilia, y consideró que acercarse año tras año a la puerta del templo «es una cuestión de fe que no cualquiera puede entenderla».­

 

 

Se espera que más de 150 mil personas lleguen al templo dedicado a San Cayetano, el santo del Pan y el Trabajo. El arzobispo de Buenos Aires, cardenal primado de la  Argentina, Mario Aurelio Poli, presidirá la misa central hoy a las 11 y luego bendecirá a los fieles que van a pedir gracias al santo.

Este año, con el lema de «Querido San Cayetano, como pueblo y familia, ayúdanos a ver a Cristo vivo en cada hermano», la fiesta impregnada de fe popular tendrá lugar como es habitual en  el santuario, en honor al santo, ubicado en Cuzco 150 de Liniers.

Pocas horas antes de la apertura de la Iglesia, ubicada en Cuzco 150 del barrio porteño de Liniers, las calles están llenas de vendedores ambulantes y puestos con estampitas, rosarios y decenas de adornos con la imagen de San Cayetano, algunos de los cuales se compran para ser bendecidos durante las 14 misas que se realizarán hoy.­

La organización de los fieles impresiona y no deja nada librado al azar. Es así que se realizan dos filas, ambas ingresan cuando las campanas del templo señalen las doce, pero una es `la rápida’ que ve la imagen del santo de lejos, y otra avanza más despacio ya que los fieles pueden tocar la imagen.­

 

 

Abelino Portillo concurre a esta ceremonia hace 49 años, en esta ocasión junto a otras quince familias que se conocieron haciendo la fila. Ellos también empezaron a guardar el lugar en mayo pero hace dos días levantaron `la carpa’.­

«Hay gente de San Miguel, de Banfield y de Martín Coronado», aseguró el hombre que con sus 74 años llegó a Liniers desde Don Torcuato, partido de Tigre, y remarcó que para él San Cayetano «es todo».­

«Agradezco de corazón haber podido venir», dijo. Y agregó que «hay gente que la está pasando muy mal y ni siquiera puede disponer de 200 o 300 pesos para estar acá porque tiene que usar esa plata para alimentar a su familia».­

«Por eso este año vengo a pedir por todos, por todas esas personas que la están peleando como pueden, por toda la gente que se quedó sin trabajo, o que terminaron durmiendo en la calle».­

En la tercera cuadra de fila que se hace sobre la calle Bynon, Felicia Paiva guarda las mantas con las que se cubrió junto a su hija de 13 años que la acompaña, «desde que nació, todos los 7 de agosto».­

«La crisis llegó a todos lados, por eso vengo a pedir por aquellos que no pueden venir», dijo Felicia, de 43 años, quien llegó el lunes a la noche desde San Fernando y aseguró que en ese distrito «se ve como nunca familias enteras durmiendo en la calle. Por ellos, y con la fe que tengo en San Cayetano, vengo a pedir por todos los que necesitan un techo y un trabajo».­

La apertura de la iglesia se produjo en la medianoche, y la primera misa está prevista para las 4, mientras que la ceremonia central, a cargo del arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, será a las 11 de hoy.­