México pedirá una “reunión urgente” de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para evaluar la situación en Bolivia tras la renuncia de Evo Morales, forzado por un virtual golpe de Estado, iniciativa que coincide con lo adelantado ayer por Colombia.
El secretario de Relaciones Exteriores (SRE) mexicano, Marcelo Ebrard, anunció que «vamos a solicitar en consecuencia también reunión urgente de la OEA. Porque a pesar de la gravedad de los acontecimientos, lo que hubo ayer frente al pronunciamiento militar y las operaciones militares, fue el silencio».
Defendemos las libertades y demandamos el respeto al orden constitucional y a la democracia en Bolivia.
El golpe ocurrido ayer representa un retroceso para todo el continente. Buscaremos que se convoque una reunión urgente de la @OEA_oficial para discutirlo. No al silencio. pic.twitter.com/HYR2cJ1FYG
— Gobierno de México (@GobiernoMX) November 11, 2019
En la conferencia de prensa matutina desde Palacio Nacional, el funcionario destacó que el artículo más «esencial» que fundó la OEA es «la defensa de las libertades y la democracia». «¿Cómo entonces se puede guardar silencio frente a un acontecimiento de esta gravedad?», se peguntó y explicó que por eso reclamará esta «reunión urgente» del organismo, una postura que ya expresó ayer Bogotá y que respaldaría, según medios locales, también Brasilia.
Además, Ebrard reafirmó la postura de México de «reivindicar, demandar el respeto al orden constitucional y la democracia en Bolivia».
«[…] haremos valer el derecho de asilo, que México siempre, no solo lo ha promovido, sino lo ha ejercido en las muy diferentes circunstancias históricas que caracterizan a nuestra política exterior».
— Relaciones Exteriores (@SRE_mx) November 11, 2019
«El presidente de Bolivia electo de acuerdo a la Constitución de Bolivia para terminar su periodo en enero de 2020 es Evo Morales. Él presentó una renuncia para evitar una guerra civil. Estos son los hechos», remarcó el funcionario, que dijo que México solo verá con «buenos ojos» un Gobierno en Bolivia que «emane de un proceso electoral legítimo».