El Partido Socialista (PSOE) del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ganó ayer las elecciones generales de España con un 28,6% de los votos y 122 diputados, mientras los ultraderechistas de Vox escalaron hasta el tercer lugar, en un parlamento sin mayoría de la izquierda ni de la derecha, que complicará aún más la formación de un nuevo gobierno.
El 10 de noviembre ha vuelto a poner a la izquierda ante el mismo desafío del 28 de abril: formar un gobierno progresista liderado por el Partido Socialista. Si en los comicios anteriores, el PSOE no logró formar un Gobierno a la portuguesa con el apoyo parlamentario de Unidas Podemos, más complicado lo tendrá ahora que obtuvo tres escaños menos que en las elecciones pasadas. La alternativa, será establecer un ejecutivo que contenga las propuestas de la fuerza que lidera Pablo Iglesias, y las de su exsocio, el fundador de Podemos, Íñigo Errejón, cuyo partido Más País, ingresó al parlamento con tres diputados.
Quiero agradecer de corazón a los españoles y españolas que participan cada vez que son convocados a las urnas y a los millones de personas que hoy han vuelto a confiar en el @PSOE. Hemos ganado las #EleccionesGenerales10N. #10NPSOE pic.twitter.com/mI3GHnc29W
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) November 10, 2019
De contar con esos apoyos, Pedro Sánchez reunirá una mayoría de 158 diputados, y deberá buscar el respaldo de otras fuerzas, entre las que se perfilan Esquerra Republicana de Catalunya y el Partido Nacionalista Vasco, para conseguir los 176 escaños necesarios para establecer un nuevo Gobierno. En cualquier caso, el PSOE deberá arremangarse para lograrlo, y no contará con la paciencia de los españoles, que se ha agotado en estas segundas elecciones generales. Lo más probable es que el socialismo logre encumbrar a Sánchez en una segunda votación de investidura, en la que alcance una mayoría simple. Es decir, más síes que noes.
Cuando faltaban algunos minutos para terminar el día en el país ibérico, Pedro Sánchez apareció en el balcón de la sede socialista, en la calle Ferráz de Madrid, para valorar los resultados. A diferencia del discurso triunfalista y extendido de abril, el líder del PSOE fue muy concreto. Celebró que su fuerza hubiera ganado las tres elecciones del año (en abril, durante las autonómicas y en estas generales), y prometió que “esta vez sí formará un Gobierno progresista”. Si en abril la militancia socialista le exigía no pactar con Ciudadanos, esta vez pidió que las fuerzas políticas dejaran gobernar al PSOE, que no se pactara con Casado, y sí con Iglesias. Ante esas demandas, Sánchez brindó una sola pista, dijo que llamaría a todos los partidos políticos excepto aquellos que “se autoexcluyen de la convivencia y siembran el discurso del odio”. Una referencia a Vox, pero también a aquellas fuerzas soberanistas que confrontan la Constitución española.
Nuestro proyecto es formar un Gobierno progresista estable liderado por el @PSOE para hacer políticas en beneficio de la mayoría. Todos los partidos debemos actuar con generosidad y responsabilidad a partir de mañana para desbloquear el país. #EleccionesGenerales10N #10NPSOE pic.twitter.com/TR6cVUSQ6K
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) November 10, 2019
Unidas Podemos, que ha sido junto a Ciudadanos la fuerza que más sufrió estas elecciones, perdió 7 escaños de los 42 obtenidos en abril. A pesar de ello, su líder, Pablo Iglesias no renunció a la posibilidad de llegar a una acuerdo con el PSOE, y tras conocerse los resultados dijo que “si después de las elecciones de abril un Gobierno de coalición progresista era una oportunidad histórica, ahora es una necesidad histórica”. Solo el hecho de que el PSOE no haya logrado mejorar sus resultados de abril, le da aire a Unidas Podemos para sentarse en la mesa de negociaciones. Los 35 diputados de la formación morada reducen la capacidad de demanda para sentar a sus dirigentes en el Consejo de Ministros. Sin embargo, Iglesias ha dicho que continúan siendo “una fuerza decisiva para formar un Gobierno de coalición”, que pueda frenar a la ultraderecha.
Mi agradecimiento a todas las personas a las que les ha tocado estar en las mesas electorales, a los trabajadores públicos y a los apoderados y apoderadas que hacen que esta jornada de #Elecciones10N salga adelante.#10NUnidasPodemos pic.twitter.com/zhx7fGvzYB
— Pablo Iglesias 🔻{R} (@PabloIglesias) November 10, 2019
Ante las incógnitas y los reveses que sufrió la izquierda, estos comicios han traído el avance indiscutible de Vox. La fuerza de Santiago Abascal ha sido la que más ha crecido en votos y en escaños en estas elecciones. De los 24 obtenidos en abril, ha pasado a 52. El apoyo notable que recibe reforzará su agenda nacionalista y xenófoba, con altos riesgo de continuar escorando a la derecha al Partido Popular y Ciudadanos. Ni Matteo Salvini en Italia, ni Marine Le Pen en Francia han concentrado el poder que Santiago Abascal ha conseguido ahora en España.
GRACIAS a los 3.641.000 españoles que han confiado en nosotros. No os defraudaremos. Construiremos juntos la alternativa patriótica y social, con vocación mayoritaria, que defenderá la unidad de España, la libertad y la igualdad. #EspañaSiempre 🇪🇸 pic.twitter.com/wH6pqBFTsH
— Santiago Abascal 🇪🇸 (@Santi_ABASCAL) November 11, 2019
El Partido Popular ha sido otro de los ganadores de la noche, con un salto de 66 a 88 diputados en comparación con los comicios de abril. Su presidente, Pablo Casado, recupera el liderazgo del centro derecha, y se reafirma hacia el interior de su propia fuerza. Al término de la votación, Casado afirmó que el PP y el PSOE representan intereses y programas diferentes, en un mensaje que echa por tierra la hipótesis de la gran coalición e, incluso, la abstención del PP.
Ciudadanos, por su parte, se desploma y conserva solo 10 diputados de los 57 ganados en las elecciones pasadas. Tras el hundimiento, Albert Rivera sugirió que pondrá a consideración de los militantes su liderazgo. Por debajo de Ciudadanos, se ubica Más País de Íñigo Errejón. El cofundador de Podemos ingresa tres escaños al Congreso, pero queda muy lejos de los 15 necesarios para formar un grupo parlamentario propio. Al valorar los resultados, Errejón dijo que es “una obligación moral” que los partidos de izquierda se entiendan para formar gobierno.
En Cataluña, y en un contexto de crispación tras la condena a los líderes catalanes, ha ganado el independentismo. La fuerza Junts per Catalunya, que capitanean Carles Puigdemont desde Bélgica, y el líder de la Generalitat catalana Quim Torra, ha mejorado en 1 los 7 escaños que logró en abril. El crecimiento es un espaldarazo a la estrategia de confrontación con el Gobierno español que adoptó Torra desde la publicación del fallo.
Por su parte, la fuerza Esquerra Republicana de Catalunya, que lidera Oriol Junqueras, el principal condenado por el referéndum ilegal del 2017, perdió dos escaños de los 15 obtenidos, pero continúa siendo una de las llaves de un gobierno de izquierda que pueda liderar Sánchez. Por último, el partido anticapitalista y proindependencia Candidatura de Unidad Popular ingresa por primera vez al Congreso con tres diputados electos.
El resultado general de los comicios no ha logrado romper el bloqueo político. Al contrario, el PSOE deberá esforzarse más que en abril para conseguir los apoyos de otras formaciones. A su vez, el objetivo de Sánchez de no depender de fuerzas soberanistas deberá ser revisado si, para sumar, necesita contar con el apoyo o la abstención de Esquerra Republicana de Catalunya. En el caso de no poder formar Gobierno, el líder del Partido Popular ya ha dejado en claro que intentará conseguir el mandato del rey para ser él quien lo haga.
Este 10N se ha transformado en un poderoso llamado de atención para las fuerzas de izquierda que, con sus disputas, han perdido apoyos, y han catapultado a la ultraderecha. A partir de este lunes, tendrán la opción de remendar el error.