Transcurrido justo un mes de la abortada declaración unilateral de independencia (DUI) en Cataluña, y puestos ya en recta final hacia las elecciones regionales del próximo 21 de diciembre, los sondeos sugieren un cambio de tendencia en el que, por primera vez en años, las fuerzas políticas no rupturistas igualan a las separatistas en intención de voto.

Se trata de un esbozo que alienta un cambio de expectativas en la región tras el desgastante proceso separatista que culminó hace cuatro semanas con la inédita intervención de la región por parte del gobierno central de Mariano Rajoy y el procesamiento de una decena de sus dirigentes.

Un giro en las opciones políticas que, de ratificarse en las urnas, podría dar paso a dos escenarios bien distintos.

El más tenido es un «empate técnico» que paralice la situación o que, llegado el caso, obligue a nuevas elecciones.

El segundo escenario sería la apertura de delicadas negociaciones para romper esa potencial paridad y formar gobierno.

En ese caso, el dato llamativo es que la aritmética política otorga un papel de árbitro a Catalunya en Comú, el partido referente del izquierdista Podemos, al que pertenece la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y al que se le reprocha haber hecho malabarismos de ambigüedad en estos últimos y críticos meses.

Retroceso

Lo cierto es que la primera radiografía política tras el proceso que lideró el huido ex presidente Carles Puigdemont revela un retroceso en el entusiasmo catalán por la ruptura radical con España.

Así surge de un sondeo efectuado por la consultora Metroscopia para el diario El País, en el que se da cuenta de un posible escenario de paridad. Algo impensable hace sólo unas semanas.

Antes de la frustrada declaración de independencia y de la posterior disolución del gobierno y del Parlamento regional por parte de las autoridades de Madrid, el independentismo tenía el 47,7% de los votos, una cifra que se traduce en 72 bancas, cuatro más de las necesarias para alcanzar la mayoría absoluta.

Hoy araña el 46% de los votos y llegaría a 67 escaños, tres menos que en la anterior y uno por debajo de los necesarios para lograr mayoría.

Eso es lo que surge de sumar los respaldos a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC, la fuerza que lidera Oriol Junqueras, ex vicepresidente), con el 26,5% de la intención de voto y 39 diputados; el 13,6% y los 21 bancos de Junts per Catalunya (la nueva marca del PdeCat, que lidera el devaluado Puigdemont), y el 5,9% de la antisistema CUP y los siete parlamentarios que eso le permitiría sumar.

Del otro lado, las llamadas «fuerzas constitucionales» arrojan que Ciudadanos, otrora un partido de segunda línea, se consagra la principal fuerza de oposición al separatismo, con el 25,3% de los votos y 35 diputados.

El Partido Socialista de Cataluña (PSC) llega al 14,9% de intención de voto y 19 diputados, mientras que el Partido Popular (PP) -que en el orden nacional lidera Mariano Rajoy- se mantiene como fuerza minoritaria, con 5,8% de los votos y seis diputados.

La difusión del estudio disparó un hervidero de conjeturas sobre posibles alianzas.

Veto a Arrimadas

Pero el principal obstáculo que tienen ahora los «constitucionalistas» es el anunciado rechazo del socialismo a respaldar a la candidata de Ciudadanos, la ascendente Inés Arrimadas, como posible jefa de gobierno de coalición.

Si esto se mantiene, los Comunes, de la alcaldesa Ada Colau, podrían ser la fuerza determinante en la constitución del próximo gobierno. Maestros de la ambigüedad, es difícil saber a estas horas por quién se inclinarían.

Pero sí es un dato que dentro de la fuerza crece una corriente sumamente crítica hacia el separatismo radical.

«Muchas de las cosas que han dicho son francamente irreales y sus planteamientos, cercanos al realismo mágico», dijo ayer Pablo Echenique, secretario de organización de Podemos, la fuerza de referencia de los Comunes.

Las últimas proyecciones

26,5% Esquerra Republicana

El partido de Junqueras lograría 39 bancas

25,3% Ciudadanos

Liderados por Inés Arrimadas, obtendrían 35 escaños

14,9% Partido Socialista

Llevaría al Parlamento catalán 19 diputados

13,6% Junts per Catalunya

La fuerza de Puigdemont ingresaría 21 legisladores