Los niños entre los ocho y once años que usan pantallas por menos de dos horas al día tuvieron un mejor desempeño en pruebas de habilidad mental, según un estudio publicado en The Lancet Child & Adolescent Health.
El estudio incluyó a aproximadamente 4.500 niños de Estados Unidos de entre 8 y 11 años y midió sus hábitos en comparación con la Guía Canadiense para las 24 horas de niños y jóvenes. Descubrió que el 51% de los niños recibieron las nueve a 11 horas recomendadas de sueño ininterrumpido por noche, el 37% cumplió el límite de tiempo de pantalla recreativo de dos horas o menos por día, mientras que el 18% cumplió con la recomendación de actividad física de al menos 60 minutos de actividad física acumulada por día.
La limitación del tiempo de pantalla recreativo de los niños a menos de dos horas al día, junto con un sueño y actividad física suficientes, se asocia con una mejor cognición.
Los investigadores concluyeron que ahora se necesita más trabajo para comprender mejor los efectos de los diferentes tipos de uso de pantallas en los niños menores de 11 años, y reconocen que su estudio observacional muestra solo una asociación entre el tiempo de pantalla y la cognición y no puede probar un vínculo causal.
El estudio hizo cuestionarios a los 4.500 niños sobre actividad física, sueño, uso recreacional de las pantallas. También completaron pruebas de lenguaje, memoria y atención, y los científicos dividieron a la muestra de población entre los ingresos por hogar, la educación de sus padres y la de los niños, etnicidad, índice de masa corporal, desarrollo hormonal y traumas cerebrales.
De acuerdo con BBC, los niños que cada día tenían menos de dos horas de tiempo de pantalla recreativo, dormían de nueve a 11 horas y realizaban al menos una hora de actividad física mejor que quienes no lo hicieron.
Menos de dos horas de tiempo
de pantalla al día fue el factor
más relacionado con un mejor
rendimiento en la prueba.
El doctor Jeremy Walsh, del Instituto de Investigación CHEO, en Ottawa, Canadá, dijo a ese medio: «Basándonos en nuestros hallazgos, los pediatras, padres, educadores y políticos deberían promover la limitación del tiempo de pantalla recreativo y priorizar las rutinas saludables del sueño durante la niñez y la adolescencia».
El estudio tomó datos del estudio de desarrollo cognitivo del cerebro de adolescentes patrocinado por los institutos nacionales de salud e incluyó encuestas realizadas por los padres sobre la cantidad de horas de sueño que tuvo un niño, la frecuencia con que eran físicamente activas y cuánto tiempo de pantalla tenían.
Walsh cree que el 30% de los participantes que no cumplieron con ninguna de las pautas son los que tienen más que ganar del ajuste de las conductas diarias.
«Pueden beneficiarse más porque no están recibiendo ninguno de los beneficios derivados de cumplir con estas pautas», dijo Walsh a CNN.