Las muertes de niños y adolescentes disminuyeron un 51,7 por ciento entre 1990 y 2017, pasando de 13,77 millones a 6,64 millones, según un estudio liderado por el Institute for Health Metrics & Evaluation de Seattle (Estados Unidos).

Si bien las mejoras en la tasa de mortalidad de los niños menores de 5 años han sido positivas, la historia completa de la salud de los niños y los adolescentes es más heterogénea. Por eso, esta nueva investigación, con datos del Global Burden Disease 2017, ha analizado datos de 195 países y regiones para estimar la enfermedad y mortalidad en este grupo de población.

De acuerdo con sus hallazgos, publicados en la revista ‘Journal of the American Medical Association Pediatrics’, los niños y adolescentes tienen ahora más probabilidades de cumplir 20 años. La disminución más rápida de las muertes se produjo entre los niños de 1 a 4 años, sobre todo debido a la disminución mundial de las muertes por diarrea, infecciones respiratorias y otras enfermedades infecciosas comunes.

Sin embargo, la pérdida de salud no fatal medida por los años de vida con discapacidad aumentó, y algunas de las principales causas en 2017 incluyeron anemia por deficiencia de hierro, de vitamina A, trastornos neonatales, trastornos congénitos y trastornos de salud mental.

Mortalidad infantil

En 2017, la discapacidad agregada aumentó un 4,7 por ciento a un total de 145 millones de años vividos con discapacidad a nivel mundial. El progreso fue desigual, y la inequidad aumentó, ya que las zonas con un nivel sociodemográfico bajo y medio-bajo registraron el 82,2 por ciento de las muertes, en comparación con el 70 por ciento de 1990.

Las principales causas desagregadas de años de vida ajustados por discapacidad en 2017 entre las poblaciones más pobres fueron los trastornos neonatales, las infecciones de las vías respiratorias inferiores, la diarrea, el paludismo y los defectos congénitos de nacimiento, mientras que los trastornos neonatales, los defectos congénitos de nacimiento, el dolor de cabeza, la dermatitis y la ansiedad fueron los que recibieron la mayor puntuación en las zonas más ricas.

«La reducción de la mortalidad durante este período de 27 años significa que los niños tienen más probabilidades que nunca de alcanzar los 20 años de edad. Esta bajada en el número de muertes tiene el potencial de aumentar los sistemas de salud ya sobrecargados, afectar el potencial de capital humano de las sociedades e influir en la trayectoria del desarrollo socioeconómico. La vigilancia continua de la pérdida de salud de los niños y adolescentes es crucial para mantener el progreso de los últimos 27 años», aseguran los investigadores.

Uruguay, en mínimos históricos

La mortalidad infantil alcanzó en 2017 su mínimo histórico en Uruguay, informó este lunes el ministro de Salud Pública uruguayo Jorge Basso.

El índice de mortalidad infantil bajó desde el 7,9 por 1000 en 2016 a 6,6 por 1000 en 2017. “En términos absolutos son unos 100 niños menos que murieron”, dijo el ministro, quien calificó la disminución como “muy importante” y explicó que es “el indicador más bajo de la historia del país, lo cual demuestra el resultado positivo de las políticas sociales y las mejoras del sistema sanitario”.