En el peor momento económico y político del Gobierno, la oposición obtuvo su primera victoria de peso, al aprobar en la Cámara de Diputados el proyecto de ley que establece límites a los aumentos de tarifas. La iniciativa ahora será girada al Senado, donde los bloques de Miguel Pichetto y Cristina Kirchner tienen previsto convalidarla, lo obligará al Presidente a pagar el costo de vetar la ley.

El proyecto, pactado en la Cámara baja entre el kirchnerismo, el massismo y el PJ, obtuvo 133 votos a favor, 94 en contra y 3 abstenciones, entre las que se cuenta la de Martín Lousteau, un aliado de Cambiemos.

La votación se produjo tras más de diez horas de debate, en una sesión especial en que hubo duros cruces entre oficialismo y oposición.

La iniciativa establece que los aumentos tarifarios se retrotraen a noviembre último y que no podrán ser superiores a las subas salariales. Pero este límite tiene impacto en todo el país solamente sobre el gas, porque en el interior la luz y el agua son concesiones provinciales, a excepción de la Capital Federal y parte de la provincia de Buenos Aires, donde operan la estatal AySA y las distribuidoras eléctricas Edenor, Edesur y Edelap, que son de concesión nacional.

El debate en el recinto, que duró horas, estuvo marcado por varios cruces y chicanas que protagonizaron los legisladores opositores y oficialistas. Los cuestionamientos incluyeron el reciente anuncio de negociaciones con el FMI. «No somos demagogos y esto no es contra el Gobierno», manifestó el diputado del FPV, Agustín Rossi. Según dijo, esto «se tratará en el Senado» y «no será frenado antes con alguna maniobra» de Cambiemos.

Máximo Kirchner y Agustín Rossi en el Congreso.

Durante la sesión, los diputados del Bloque Justicialista, que responde a los gobernadores y es considerado la oposición dialoguista, se quejaron de que la Casa Rosada los haya tratado de “demagogos” y defendieron el proyecto antitarifazo.

El bonaerense Diego Bossio dijo que entre 2016 y 2017 los salarios crecieron un 63%, mientras que las tarifas de gas lo hicieron un 927% y las de electricidad, un 920%. “¿No es momento de que paremos la pelota y podamos ponernos en el zapato del otro?”, se preguntó el exdirector de la Anses de Cristina Kirchner.

Otro ex funcionario kirchnerista, Áxel Kicillof, afirmó que el gobierno de Cambiemos tiene “el mejor equipo en echarle la culpa a otro y no hacerse responsable de nada. Lo que pasa hoy en la Argentina es pura y exclusiva responsabilidad de un mal plan económico, que ha sido mal aplicado”, dijo el ex ministro K. 

La diputada nacional del Movimiento Evita Silvia Horne fue la autora de un hecho que no pasó desapercibido: hizo que la diputada Elisa Carrió, quien se ausentó del recinto, ocupara su banca pero a través de una gigantografía a escala real de la líder de la Coalición Cívica, en actitud sonriente. «Quisiera preguntar dónde está esta señora y de qué se ríe, porque está diciendo que acá no pasó nada», dijo Horne en el tramo final de su discurso sobre el proyecto de tarifas.

Victoria Donda, Cecilia Moreau y Leonardo Grosso colocaron la silueta<br>

Por su parte, el diputado oficialista Luciano Laspina reprochó en la sesión que «es duro» escuchar el discurso actual de aquellos que metieron al país «en un descalabro formidable», en referencia a Kicillof. «Congelaron las tarifas y esto nos llevó a perder la soberanía energética, nos dejó sin reservas y ahora están acá sentados haciendo propuestas«, señaló.

El macrista Luciano Laspina señaló que el gobierno anterior dejó al país «sin energía para poder crecer, sin dólares en la balanza comercial, sin reservas» y con «una bola de subsidios» que significaron «150 mil millones de dólares» y sin distingo de clases sociales, que “sirvieron para que las mansiones tuvieran agua, luz y gas prácticamente gratis”. 

El radical misionero Luis Pastori tildó de «disparate total pretender congelar o retrotraer las tarifas» y aseguró que «apunta a la intención de perjudicar al gobierno nacional», cuando en realidad «perjudican a más de 43 millones de argentinos».

Por su parte, el cordobés Martín Llaryora (Argentina Federal) consideró que «tal vez sea el momento de convocar a un acuerdo nacional para poder aplicar medidas con más consenso».

El turno del Senado

Por su parte, el Senado prevé tratar el proyecto de ley para moderar el aumento de tarifas en un plazo de entre dos y tres semanas.

Si no median sorpresas de último momento, tras la aprobación de la Cámara de Diputados, el Senado convocará la semana próxima o la siguiente a más tardar a las comisiones que deberán discutir el proyecto que impulsan los bloques opositores de Diputados.

Fuentes parlamentarias adelantaron que la idea del peronismo es firmar rápidamente el dictamen de la iniciativa para que, transcurridos los siete días reglamentarios, sea sometida a votación en el recinto.